El arte y la ciencia tienen dos atmósferas distintas. En ésta se necesita una mayor dosis de libertad que en aquél. Desde luego, el arte funciona con elementos más fatales y menos libres, las impresiones y las pasiones; y desde que busca a priori un orden y una armonía, va hacia una sujeción. La ciencia no soporta otro yugo que el de la verdad.