Todas las obras de arte creadas por la mente sin tener en cuenta el exterior siguen siendo auténticas en todos los tiempos.
Franz Marc
En seguida descubro la botina, la media, y... Reconstruyo los cuerpos, consumidos por hermosas fiebres. Ellas me encuentran gracioso y hablan entre sí, muy quedo... Y mis deseos brutales se cuelgan de sus labios.
Arthur Rimbaud
Cuando se ama parece que el alma es diferente de la que se tenía antes; que gracias a esta pasión se ha elevado y engrandecido en todos sus sentidos.
Blaise Pascal
Escribo para ti, pero sólo si realmente me quieres escuchar. Mi alma se rompió en mil pedazos y con ellos pude escribir este libro.
Cristóbal Terrer Mota
La oralidad es la comunicación por excelencia.
Francisco Garzón Céspedes
¡Y yo aquí, condenado a la inacción! Me sucede a veces que no puedo por menos de suspirar y, penetrado de dolor, vierto en el piano mi desesperación.
Frédéric Chopin
Los amigos son esa parte de la raza humana con la que uno puede ser humano.
George Santayana
La historia no conoce de descansos y mesetas.
Henry Kissinger
Te quité toda tu vida, y la he vivido en tu lugar, te lo robé todo, el dinero, la mujer que amabas, y a ti solo te dejé 35 años de dolor por haberme matado, ¿por qué no disparas?
James Woods
Luego volví donde el olvido, mi único amor correspondido.
Joaquín Sabina
Yo sólo pido al Todopoderoso.
Juan Bautista Arriaza
Pinto mi pueblo natal, porque gracias a él tengo la vida que tengo.
Juan Lobillo
El presidente Wilson dice que un líder debe tratar a la opinión pública del mismo modo en que un marinero se aprovecha del viento, utilizándolo para impulsar la nave en una dirección u otra, pero nunca intentando ir directamente contra él.
Ken Follett
Con el deporte encaucé mi carácter. No me importaba sufrir ni qué cara ponía o el miedo al ridículo si al final ganaba. Puede que fuera una persona cargada de resentimientos pero, al menos, se me daba bien sacarles provecho.
Lance Armstrong
Es siempre una necedad el dar consejos; pero el darlos buenos es absolutamente fatal.
Oscar Wilde
La caridad es una virtud del corazón, no de las manos.
Thomas Alva Edison