El mejor método para matar gatos, que siempre se aferran tenazmente a la vida: apretarles el cuello en una puerta abierta y tirarles la cola.
Franz Kafka
No sé si uso correctamente la palabra desde el punto de vista literario, pero estoy seguro que el lector me entenderá perfectamente cuando digo eduque su fantasía. Este es el consejo correcto que hay que dar a los estudiosos del juego, ya que la inventiva se puede perfeccionar con el entrenamiento y la experiencia.
Aleksandr Kótov
La vida real del hombre es feliz principalmente porque siempre está esperando que ha de serlo pronto.
Edgar Allan Poe
El código penal es lo que impide que los pobres roben a los ricos y el código civil lo que permite a los ricosrobar a los pobres.
Emmanuel Carrère
Nadie puede ser esclavo y menos de señores, porque amará a uno y odiará al otro; además, fuera de Dios, cualquier otro es un impostor.
Facundo Cabral
Las ideas son refinadas y multiplicadas por el comercio de las mentes.
Gaston Bachelard
La dicha está sólo en la esperanza, en la ilusión sin fin.
Guy de Maupassant
El ejercicio de la dominación material apareja inevitablemente, para el mismo que la practica, una esclavitud más o menos acentuada.
Herbert Spencer
Prefiero morir en un lodazal en una Rumanía Grande, que morir en el paraíso de una Rumanía pequeña.
Ion Antonescu
Aquel amor aun vibra bajo el impulso de una imagen, mero fantasma.
Jorge Guillén
¡Ahora! Vuelve a tu vida noble ahora. - No te dejes engañar: ahora no es demasiado pronto... ni demasiado tarde.
Josemaría Escrivá de Balaguer
A Dios también le gusta que pequemos, siempre que lo hagamos con alegría. Así nos puede perdonar alegremente.
Mario Benedetti
El orgullo humano es muy diestro en inventar nombres muy graves para ocultar su propia ignorancia.
Percy Bysshe Shelley
La montaña es pesada, pero una mariposa levanta a un gato en el aire.
Proverbio Chino
Cuando tengas conocimiento de que has cometido un yerro, no vaciles en repararlo. Sólo reparándolo tendrás la conciencia tranquila.
Silvio Pellico
El valor esencial está precisamente en la capacidad de permanecer al acecho en las tinieblas de la muerte y la inquietud.
Yukio Mishima