Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo.
Franz Grillparzer
El saber no se obtiene por azar. Hay que buscarlo con afán y alimentarlo con diligencia.
Abigail Adams
En una democracia amenazada por el terrorismo todos los ciudadanos deben considerarse, en cierto sentido, como soldados en una batalla común. No deben presionar a su gobierno para que capitule o se rinda ante el terrorismo.
Benjamín Netanyahu
El tiempo es mi materia, el tiempo presente, los hombres presentes, la vida presente.
Carlos Drummond de Andrade
Si alguien quisiera calificar de este o aquel modo a una persona que sólo obra según su sentimiento, esta persona tendría el derecho de devolverle aquel calificativo, y ambos tendrían razón, desde sus puntos de vista, para injuriarse.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel
Mi corazón latió todo el momento. Fue el momento más erótico de mi vida. Al menos hasta entonces.
Gloria Stewart
Temer las libertades públicas es signo de miopía intelectual y de poca confianza en el porvenir de nuestra especie.
Guillermo Valencia
Para los idiotas las órdenes son leyes.
Henning von Tresckow
En referencia a Dios una vez dijo algo así: Piensa en alguien capaz de poblar el infierno o crear el paraíso.
John Stuart Mill
Nadie combate la libertad; a lo más combate la libertad de los demás. La libertad ha existido siempre, pero unas veces como privilegio de algunos, otras veces como derecho de todos.
Karl Marx
Hablar con Dios nos calienta el corazón, y es por eso que cuando pasamos mucho tiempo sin hablar con Él se nos enfría la relación.
Lucas Leys
La altura del soberano depende de la altura de su pueblo.
Marlene Dietrich
El primero de nuestros deberes es poner en claro cuál es nuestra idea del deber.
Maurice Maeterlinck
Era el alma y el cerebro del ejercito. Lo ha muerto el trabajo, y su perdida es irreparable. Nadie se ocupaba de la guerra como el, y puedo decir que nadie pensaba en su patria como él.
Rafael Sotomayor Baeza
Con tu amigo nunca juegues.
Ramon Llull
No existe nada que odien más los mediocres que la superioridad de talento: ésta es, en nuestros días, la verdadera fuente del odio.
Stendhal