Sí a la vida. Sí al amor. Sí a la generosidad. Pero el hombre es también un no. No a la indignidad del hombre. A la explotación del hombre. Al asesinato de lo que hay más humano en el hombre: la libertad.
Frantz Fanon
Somos simples sombras que nacen y mueren porque sí.
Alejandro Dolina
Cualquier tonto podría ver que fuiste hecho para ella.
Barry White
Si la gente quiere ver sólo las cosas que pueden entender, no tendrían que ir al teatro: tendrían que ir al baño.
Bertolt Brecht
El que se confía a un hombre malo para que lo defienda, en vez del auxilio que busca encontrará su perdición.
Fedro
Desde el primer momento no he estado cómodo del todo. Estoy con un compañero inglés, en un equipo inglés, que lo está haciendo genial y sabemos que todo el apoyo del equipo y todas las ayudas son para él.
Fernando Alonso
¡La vida es una sucesión de casualidades, y nada es verdad! Sólo la muerte existe.
Gonzalo Arango
Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir y al fin andar sin pensamiento.
Homero Expósito
Sólo tenemos una historia. Todas las novelas, la poesía entera, están edificadas sobre la lucha interminable entre el bien y el mal que tiene lugar en nuestro interior.
John Steinbeck
Todavía puede tal vez llegar la aurora de una época más afortunada, ¡ay!, que la nuestra, en que podamos ser juiciosos sin dificultad y estar alegres sin frivolidad.
Matthew Arnold
No encontrarás ningún disco de oro en ningún sitio de mi casa. Porque eso hace que te sientas agasajado: mira lo que he hecho. Pero siempre quiero sentir que no he hecho todo.
Michael Jackson
Por fin lo comprende mi corazón: escucho un canto, contemplo una flor: ¡Ojalá no se marchiten!
Nezahualcóyotl
Mujer de corazón partido en dos, dime a cual mitad yo pertenezco.
Ricardo Arjona
No es que nos falte valor para emprender las cosas porque sean difíciles, sino que son difíciles precisamente porque nos falta valor para emprenderlas.
Séneca
Si aspiras a encontrarte a ti mismo, no te mires al espejo, porque allí encontrarás solamente una sombra, un extraño.
Sigmund Freud
¿Por qué me enamoras lisonjero si has de burlarme luego fugitivo?
Sor Juana Inés de la Cruz