He amado hasta llegar a la locura; y eso a lo que llaman locura, para mí, es la única forma sensata de amar.
Françoise Sagan
Solo cuando voy a la caja de bateo no escucho a mis fanáticos, luego es un privilegio escuchar una ovación o un abucheo... Me siento vivo.
Antonio Álvarez
Y, lógicamente, se mueve con movimiento incesante: pues todas las cosas cesan de moverse cuando llegan a su lugar propio, mientras que el lugar de donde parte el cuerpo circular es el mismo adonde va a parar.
Aristóteles
Donde los hombres no pueden vivir a los dioses no les va mucho mejor.
Cormac McCarthy
Engaña para ganar.
Eddie Guerrero
Índice de la nada en simetría, que a la madre común roba los muertos para henchir su profana estantería.
Eulogio Florentino Sanz
A la mujer de Franco no le gustaban los obreros, y cada vez que podía los tildaba de rojos porque habían participado en la guerra civil. Yo me aguanté un par de veces hasta que no pude más, y le dije que su marido no era un gobernante por los votos del pueblo sino por imposición de una victoria. A la gorda no le gustó nada.
Eva Perón
La muerte no existe en contraposición a la vida sino como parte de ella.
Haruki Murakami
Creo que nadie debería arrepentirse de sus decisiones. Debe aceptarlas, vivirlas, pedir perdón cuando proceda, pero nunca arrepentirse.
Javier Castillo
De la sangre ha salido muchas veces la hermosa libertad risueña y fulgurante.
Juan Montalvo
El secreto de la paz está en el respeto de los derechos humanos.
Juan Pablo II
El rocío se dispersa. Hoy una vez más sembraré granos de infierno!
Kobayashi Issa
Sé justo en el momento preciso. Toda justicia que tarda es injusticia.
Marcel Schwob
No malgastes lo que te queda de vida conjeturando sobre los demás, a no ser que busques un bien común. Pues imaginar qué pueden estar haciendo y por qué, qué están pensando y qué planean, te aturde y te aparta de tu guía interior.
Marco Aurelio
Es necesario que nuestros guardianes y sus mujeres se dediquen a las mismas ocupaciones.
Platón
Villanía, máscara de la astucia. Pudor, máscara del orgullo.
William Blake