Éramos dos y un solo corazón.
François Villon
La Realidad no es todo lo que hay.
Agustín García Calvo
Para una mujer resulta siempre muy delicado el pedir perdón a un hombre: ignora hasta dónde le puede llevar esto.
Alfred Capus
Mucho erré en no matar a Lutero, y si bien lo dejé por no quebrantar el salvoconducto y palabra que le tenía dada, pensando de remediar por otra vía aquella herejía, erré, porque yo no era obligado a guardarle la palabra, por ser la culpa de hereje contra otro mayor Señor, que era Dios, y así yo no le había ni debía guardar palabra, sino vengar la injuria hecha a Dios.
Carlos I de España
Si el hombre no tiene costumbre de preguntar, yo no puedo hacer nada por él.
Confucio
Después de ciertas experiencias deberíamos cambiar de nombre, puesto que ya no somos el mismo.
Emil Cioran
Un organismo debe tener un tamaño comparativamente grande para poder beneficiarse de leyes relativamente exactas.
Erwin Schrödinger
No hay verdadero amor donde hay alguna sospecha.
Francisco de Quevedo
Las hermosas doncellas son lo mismo que rosales, que a todos los que pasan les dan rosas.
Francisco Villaespesa
Eso es como que solo te saquen una muela una vez a la semana.
Gary Leonard Oldman
Las metodologías modernas o lógicas del descubrimiento consisten simplemente en un conjunto de reglas (quizá no rigurosamente interrelacionadas, mucho menos mecánicas) para la evaluación de teorías ya elaboradas.
Imre Lakatos
Cuando no se trata más que de dar consejo, toda la corte bulle; cuando es preciso obrar, no hay nadie con quien se pueda contar.
Jean de La Fontaine
Cuando la mente está completamente silenciosa, tanto en los niveles superficiales como en los profundos; lo desconocido, lo inconmensurable puede revelarse.
Jiddu Krishnamurti
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
Proverbio
Si el éxito o el fracaso de la vida en este planeta dependiese de quién quieres ser tú, y de qué es lo que quieres hacer, ¿quién querrías ser? ¿Qué querrías hacer?
Richard Buckminster Fuller
Así que eso era todo, pensó. Jodida política otra vez. Siempre era la jodida política, o la jodida diplomacia. Jodidas mentiras en ropas elegantes. Una vez salías de las calles, los criminales simplemente se escurrían entre tus dedos.
Terry Pratchett