Para ser un hombre superior en los negocios no se trata de adquirir cualidades, sólo se trata de perder algunas.
François-René de Chateaubriand
Un pesimista no es más que un optimista bien informado.
Antonio Mingote
No esperes que aquellos que violan las disposiciones de Dios sean veraces o sinceros en la fe que profesan. Evítalos y mantén guardia estricta sobre ti, no sea que sus maquinaciones y maldades te dañen. Apártate de ellos y fija tu mirada en Dios, tu Señor, el Todoglorioso, el Más Generoso.
Baha'ullah
Me parece un tipo de facilidad muy difícil.
Brian O'Nolan
Yo creo que los muertos reposan en sus tumbas, pero, sin embargo, no se debe hablar de ellos con esa frivolidad.
Emily Brontë
Yo bastante tengo con enterarme de si es gol o no, o fuera de juego, como para fijarme si un jugador es bueno o malo.
Enrique Cerezo
Una vez es coincidencia, dos es casualidad y tres es la acción del enemigo.
Ian Fleming
Las leyes condenan al que roba un pan y absuelven a quién roba una ilusión.
José Narosky
Quien trabaja lo hace con la esperanza de ganar con ello un día la liberación de su vida, de poder en su hora dejar de trabajar y comenzar de verdad a vivir.
José Ortega y Gasset
Era tan encantadora, tan culta, tan divertida. Reúne las 3 cualidades de una esposa soñada: linaje, inteligencia y belleza.
Laurence Olivier
Bajo la máscara de la temeridad se ocultan grandes temores.
Lucano
En la ciudad de Caracas en donde nació el Libertador de cinco naciones, no puede estar infectada por arrabales miserables, que es en donde se multiplican los crisoles que reproduce la delincuencia arrabalera, escoria de la sociedad.
Marcos Pérez Jiménez
Veo las faltas de la Iglesia como las de mi madre.
Papa Francisco
De haber escrito mi propio epitafio este hubiese sido: Tuve una riña de enamorados con el mundo.
Robert Frost
Más continua es adversa que próspera fortuna.
Séneca
La alternativa que se ofrecía a la población era adoptar la nueva fe con entusiasmo o someterse a ella por miedo al sufrimiento. La presión era tal que nadie podía superarla. Pero las reacciones fueron distintas: unos se negaron (y aceptaron morir), mientras que otros se sometieron (y aceptaron matar).
Tzvetan Todorov