Creemos a veces odiar la adulación, pero lo que realmente odiamos es la manera de adularnos.
François de La Rochefoucauld
Sólo un hombre inexperto puede hacer una declaración formal; una mujer se persuade de que es amada más por lo que adivina que por lo que se le dice.
Bono
Yo no comprendo cómo dice la gente que se aburre. A mí nunca me da tiempo para todo lo que quisiera hacer.
Carmen Martín Gaite
Sin silencio no es posible apreciar realmente la vida, cuyas fibras más sutiles son tan delicadas como in botón de rosa.
Deepak Chopra
Hay que buscar caminos que no hayan sido transitados antes.
Eduardo Chillida
Aprendió a pensar pero no supo ya volar, porque había perdido el amor al vuelo y no hacía más que recordar los tiempos en los que volaba sin esfuerzo.
Ernest Hemingway
Quería hacer cosas nuevas en la danza, adaptarla al medio de las imágenes en movimiento.
Gene Kelly
El objetivo de la guerra no es morir por tu país, sino hacer que otro bastardo muera por el suyo.
George Patton
Mientras no seamos capaces de controlar nuestros engaños, como el apego, tendremos que experimentar sufrimientos y problemas de manera continua, durante toda esta vida y en las vidas futuras sin cesar.
Gueshe Kelsang Gyatso
La realidad es lo que somos, lo que hacemos, lo que pensamos y la creencia en Dios es simplemente una huida de nuestra vida monotona, estupida y cruel.
Jiddu Krishnamurti
Las canciones que me gustan son las que se tienen solas por sus letras, sin necesidad de la melodía. No necesitan melodía, son poesías.
John Lennon
No se por qué razón, pero hay una constante histórica de rechazo de la opinión española frente a Cataluña.
José Antonio Ardanza
Nunca dejes que las emociones nublen tu juicio.
Michael Keaton
El mostrador de un funcionario es lo más cerca que estaremos de la eternidad en vida.
Ronald Reagan
La historia los juzgará
Salvador Allende
La mente humana es extraña, y aún repleta de aspectos opuestos y constractados, por sí misma tiende siempre al orden. Si no existiera ese deseo de orden, no podríamos hablar ni de conflictos ni de neurosis.
Yukio Mishima