Sentiría no hacerme comprensible; mas la materia es aún oscura y de suyo tan sutil, que temo no se escape al escalpelo del análisis. Constancia, lectores, constancia; no arrojéis tan pronto el libro.
Francisco Pi y Margall
El yo tiene que ser como la luna, así de humilde, para reflejar en su totalidad la luz del sol.
Alejandro Jodorowsky
Nadie nace libre de vicios. El hombre más perfecto es el que tiene menos.
Ángel Ganivet
Pon un gramo de audacia en todo lo que hagas.
Baltasar Gracián
Si no fuera Bob Dylan me gustaría ser Leonard Cohen.
Bob Dylan
Estas ropas se hacen para los jóvenes, conjuntos frescos.
Elizabeth Banks
Las personas más crueles son siempre las sentimentales.
Ernest Hemingway
En el mar proceloso de la vida el amor es el puerto de bonanza; ¿y a dónde guiar mi nave combatida si mi amor es amor sin esperanza?
Estanislao del Campo
Guardo de España unos recuerdos atroces, pero muy pocos malos recuerdos de los españoles.
George Orwell
Cuida tu reputación, no por vanidad, sino para no dañar tu obra, y por amor a la verdad.
Henri-Frédéric Amiel
La lucha por hallar este medio, o más bien dicho la lucha contra su absorción en la unidimensionalidad predominante, se muestra en los esfuerzos de la vanguardia por crear un distanciamiento que haría la verdad artística comunicable otra vez.
Herbert Marcuse
Yo ya no sé llorar. ¡Y mira que he llorado!
José Hierro
Que el trabajo no es culpa de un edén ya perdido, sino el único medio de llegarlo a gozar.
José Santos Chocano
Con el rechazo de los pretendientes, o la salida fuera de los límites, comienza la aventura. Entras en un terreno no protegido, nuevo. No puedes ser creativo a menos que dejes atrás lo limitado, lo fijado, todas las reglas.
Joseph Campbell
Siempre he acariciado la idea de un poema seguido, sin asunto concreto, sostenido sólo por la sorpresa, el ritmo, el hallazgo, la luz, la ilusión sucesivas, es decir, por sus elementos intrínsecos, por su esencia.
Juan Ramón Jiménez
Natalia y Jacob caminaban lentamente, en silencio, por las vacías calles de un Madrid fantasmal, antártico. Parecía que en el mundo no había más almas que las blancas estelas de sus alientos.
Miguel Campion