¿Es que ha visto usted algún censor que no sea tonto?
Francisco Franco
Pronto ya no iban a caber los libros en la casa. Pero aunque uno no los leyera todos, eran la mejor herencia.
Augusto Monterroso
Las bestias son felices porque cuando mueren sus almas se disuelven pronto en los elementos, mientras la mía vivirá para ser atormentada en el infierno y maldecida por los padres que me engendraron.
Christopher Marlowe
Yo digo las cosas y luego salgo a demostrarlo.
Conor McGregor
Un filósofo casado es, para decirlo claro, una figura ridícula.
Friedrich Nietzsche
Se muere siempre porque uno mismo quiere.
Del Catolicismo, igual que del Epicureísmo, no es posible zafarse jamás.
Henri-Frédéric Amiel
Sobre el fino garabato de un tango nervioso y lerdo se irá borrando el recuerdo.
Homero Expósito
El matrimonio es el único caso conocido en Física en que dos cuerpos pueden permanecer unidos sin que se atraigan.
Jaume Perich
Creo que todos tenemos un pirata dentro de nosotros. Nos traslada a cuando éramos niños y queríamos ser piratas, karatekas o cowboys. Tiene que ver con la libertad, la rebelión y el sentimiento de no tener responsabilidades.
Johnny Depp
Reír y llorar pueden ser respuestas al agotamiento y la frustración. Por mi parte yo prefiero reír, simplemente porque hay menos que limpiar después.
Kurt Vonnegut
Los cinco colores ciegan al hombre.
Lao-Tse
Yo sólo puedo mostrarte la puerta, tú eres quien la tiene que atravesar.
Laurence Fishburne
La ganancia no es un medio para la satisfacción de necesidades vitales materiales del hombre, sino que más bien éste debe adquirir, porque tal es el fin de sus vida. Para el común sentir de las gentes, esto constituye una inversión antinatural de la relación entre el hombre y el dinero.
Max Weber
Si recuerdos como ésos comprometieran, uno estaría obligado a casarse con todo el mundo.
Pierre-Augustin de Beaumarchais
Así como al jinete, si quiere permanecer sobre el caballo, a menudo no le queda otro remedio que conducirlo a donde este quiere ir, también el yo suele trasponer en acción la voluntad del ello como si fuera la suya propia.
Sigmund Freud