Se aprende a hablar, hablando. A estudiar, estudiando. A trabajar, trabajando. De igual forma se aprende a amar, amando.
Francisco de Sales
La castidad es la más innatural de las perversiones sexuales.
Aldous Huxley
Un aire frío pasa sobre la dura concha de los crustáceos. Un gran alarido raya el cielo con su helado relámpago de ira. Como un tapete gris llegan la noche y el espanto.
Álvaro Mutis
La fijación de una jornada laboral normal es, por consiguiente, el producto de una guerra civil prolongada y más o menos encubierta entre la clase capitalista y la clase obrera.
Carlos Fernández Liria
El carpintero hábil no se hace torpe para poder ser imitado por cualquiera de sus ayudantes.
Confucio
Ese hombre ha sido la única constante en mi vida. Mi roca. Y no me había dado cuenta de ello hasta ahora. No es carne de mi carne, pero es mi padre y le quiero mucho.
E. L. James
Me encantan las villanas, me fascinan las villanas, me divierto con ellas.. muchisimo, son la sal de la novela.
Frances Ondiviela
Con tal de estar con Dios, ¿qué más da que sea de una manera o de otra? Puesto que realmente sólo le buscamos a Él, y no lo encontramos menos en la mortificación que en la oración -sobre todo cuando nos envía la enfermedad-, nos deben parecer tan buenas tanto la una como la otra.
Cuando leas una biografía, ten presente que la verdad nunca es publicable.
George Bernard Shaw
¡Amar! Había nacido para soñar el amor, no para sentirlo. Amaba a todas las mujeres un instante: a ésta porque era rubia, a aquélla porque tenía los labios rojos, a la otra porque se cimbreaba al andar, como un junco.
Gustavo Adolfo Bécquer
El poder de los príncipes es débil cuando dejan de respetarlo sus vasallos.
Juan de Mariana
La justicia es un hábito que inclina con constante y perpetua voluntad a dar a cada uno lo que es suyo.
Juan Eusebio Nieremberg
Mi arquitectura es como un organismo vivo, es biológica.
Le Corbusier
Sé bueno y te aburrirás.
Mark Twain
Sé que a las damas les duele oír esto, pero si se casan, han aceptado el liderazgo de un hombre, su esposo. Cristo es la cabeza del hogar, y el esposo es la cabeza de la esposa, y así es como son las cosas, punto.
Pat Robertson
Quien me insulta siempre, no me ofende jamás.
Victor Hugo