El que desprecia, no olvida; pero el que olvida, desprecia.
Francisco de Rojas Zorrilla
La vida no debería vivirse a toda velocidad, sino con expectación y apreciándola.
Amy Harmon
Tengo previsión de lluvia de dos equipos, que no voy a decir cuáles son. Al poco tiempo: los equipos son Toyota y Renault.
Antonio Lobato
Non puede ser que non yerre orne en gran raçon.
Arcipreste de Hita
Nosotras las actrices de cine siempre acabamos solas, ¿Quién sabe?, tal vez eso es lo que queremos.
Bette Davis
La principal enfermedad del hombre es la curiosidad inquieta de lo que no puede conocer.
Blaise Pascal
El testimonio de mi conciencia es para mí de mayor precio que todos los discursos de los hombres.
Cicerón
Ninguna obra de arte es un resultado definitivo, sino una aproximación, un camino hacia ese misterio inefable al que se dirigen los creadores.
Esteban Arriaga
En general se suele oponer Europa a España. Pero España es Europa antes que otras muchas naciones. ¿Cómo vamos a entrar en Europa si ya estamos?
Gustavo Bueno
La contemplación es un lujo, mientras que la acción es una necesidad.
Henri Bergson
Cuando un hombre dice a una mujer que la ama, ella, por poco sólidas que le parezcan las bases de este sentimiento, sin razonarlo se siente impulsada a tomarlo por verdadero. Lo cree siempre.
Honoré de Balzac
El artista apela a nuestra capacidad para el deleite, para la admiración; a nuestra intuición del misterio que rodea la vida; a nuestro sentido de piedad, belleza y dolor; a la latente sensación de hermandad con todo lo creado, y a la sutil pero invencible fe en la solidaridad que une la soledad de innumerables corazones, y enlaza estrechamente a toda la humanidad.
Joseph Conrad
Estoy obsesivamente en contra de lo típico.
Lady Gaga
¡Oh, soledad, alegre compañía de los tristes!
Miguel de Cervantes
Pues entre las cosas que chacen sospechar de alguien, ninguna pone tanto en evidencia quién ha sido el autor de un crimen como el beneficio que se deriva de ese acto.
Thomas Hobbes
En última instancia, los responsables del estado de ánimo más íntimo del prisionero no eran tanto las causas psicológicas ya enumeradas cuanto el resultado de su libre decisión.
Viktor Frankl