Hay dos maneras seguras de llegar al desastre: una, pedir lo imposible; otra, retrasar lo inevitable.
Francisco Cambó
En el fondo, la inmoralidades una cuestión de estética, porque los desnudos hermosos son decentísimos y los feos inmorales.
Adolfo Marsillach
Estar loco no es suficiente.
Dr. Seuss
He encontrado en la pintura un medio para expresar mis ideas. Esto me permite cambiarlas y evitar cualquier idea fija.
Georges Braque
La muerte no es un mal, pues libra al hombre de todos los males, y, juntamente con los bienes, le quita también los deseos.
Giacomo Leopardi
La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.
Henry van Dyke
Muera la intelectualidad traidora Viva la muerte.
José Millán-Astray
Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la Hemiplejía moral.
José Ortega y Gasset
Por consiguiente, ningún capitalista puede prescindir de los demás.
Lenin
Ciertamente, es agradable ver estampado el propio nombre; un libro es siempre un libro, aunque no contenga nada.
Lord Byron
No es en vosotros donde la vida está, sino en la tierra, en la tierra que aguarda, aguarda siempre con sus labios tendidos, con sus brazos abiertos.
Luis Cernuda
Fantasía constante quise para mis páginas, y ante lo difícil que es evitar la alucinación de realidad, mácula del arte, he creado el único personaje hasta hoy nacido cuya consistente fantasía es garantía de firme irrealidad en esta novela indegradable a real...
Macedonio Fernández
Hay muchas maneras de plantear los partidos, pero no he conocido nunca a un equipo que no vaya a ganar.
Pep Guardiola
La soledad hace madurar lo original, lo audaz e inquietantemente bello, el poema. Pero también engendra lo erróneo, desproporcionado, absurdo e ilícito.
Thomas Mann
La melancolía es la felicidad de estar triste.
Victor Hugo
Fue, como si la ciudad, en su convulsión y su desgracia, hubiera generado espontánea y necesariamente ese minúsculo universo del alma, unas pocas ventanas intactas cegadas con pintura negra. Nadie quería ver la ciudad destrozada.
William Gibson