¿Qué hacen ustedes aquí, hacinados como ostras serias? Porque ustedes son serios, ¿No es así? Serios, serios, serios hasta la muerte. La muerte es cosa seria, ¿Eh?
Francis Picabia
Si he ganado tanto dinero ha sido porque mi objetivo no ha sido nunca ganar dinero.
Amancio Ortega
En lugar de escribir una novela, me tiendo con una pluma, este cuaderno y sueño... El sueño es mi verdadera vida. Veo en él los ecos que me devuelven las únicas transfiguraciones que conservan lo maravilloso en toda su pureza. Fuera, toda la magia se pierde. Fuera, la vida revela sus imperfecciones.
Anaïs Nin
No faltan los vocablos para expresar el deseo sexual: libido, apetito, ansia, excitación, pulsión, etc., pero su definición continúa siendo confusa.
Anne de Kervasdoué
Cualquier consumidor inteligente sabe lo que significa una garantía: que, pase lo que pase, no está cubierto.
Anónimo
Soy muy abstracta en los sueños: hablo con sillas, con mesas... estoy medio pirada. Tampoco me los tomo muy en serio.
Chenoa
Entre el nacimiento y la muerte, podemos tocar la comprensión, como la polilla una ventana con su ala.
Christopher Fry
Toda la vida de los filósofos es una meditación sobre la muerte.
Cicerón
En un sueño, vi una tabla en la que todos los elementos encajaban en su lugar. Al despertar, tomé nota de todo en un papel.
Dmitri Mendeléyev
Un hombre tiene que tener siempre el nivel de la dignidad por encima del nivel del miedo.
Eduardo Chillida
Si no puedo bailar, tu revolución no me interesa.
Emma Goldman
Lograr el todo con lo mismo.
Frank Lloyd Wright
Muéstrame un mentirosa y yo te mostraré un ladrón.
George Herbert
El hombre de antaño no se parecía al de hoy. Nunca hubiese aquél formado parte de este rebaño que las democracias plutocráticas, marxistas o racistas alimentan para la fábrica y el osario.
Georges Bernanos
Estamos todos tan juntos y, si embargo, todos estamos muriendo de soledad.
Leo Buscaglia
Para que la puerta de la se abra hacia dentro, es necesario retirarse un poco para poder abrirla: si alguien la empuja, cada vez la cierra más.
Søren Kierkegaard