Por otra parte conviene no olvidar que hay entre nosotros individuos que se llaman anarquistas sin serlo, que únicamente se proponen cubrir con un hermoso manto la manifestación de pasiones egoístas u odiosas que nada tienen que ver con la emancipación y la libertad de la multitud; mientras que fuera de nuestro campo hay individuos que son verdaderos anarquistas sin darse cuenta de ello.