La ambición por tener poder y dinero muchas veces sirve de tapadera de carencias que no pueden adquirirse como los bienes materiales.
Fernando Savater
Una luz que alumbra muchos caminos, no alumbra un camino.
Antonio Porchia
La justicia es la constancia de una perpetua voluntad.
Bernardino de Siena
La libertad, siempre la llevaras, dentro del corazón. Te pueden corromper, te puedes olvidar, pero ella siempre está.
Charly García
Cuando abandones tu sueños, sabrás que has muerto y los gusanos siempre están hambrientos.
Enrique Bunbury
No hay mayor soledad que la soledad de un fracaso. El fracaso es un extraño en su propia casa.
Eric Hoffer
No es un patriotismo deseable ir en contra del comportamiento civilizado.
Friedrich Dürrenmatt
Tú, sólo Tú, apenas Tú en los desvaneceres últimos de la llama de este candil de barro. Río de miel dorada para ahogarme, Tú eres hecha para morderte de amor como un cigarro.
Gonzalo Escudero
¿Qué es el pueblo sino un confuso rebaño, una turbamulta heterogénea, que exalta las cosas más vulgares?
John Milton
El único nacionalismo autentico es el que busque liberarnos de la servidumbre real: ése es el nacionalismo de la clase obrera y demás sectores populares, y por eso la liberación de la Patria y la revolución social son una misma cosa, de la misma manera que semicolonia y oligarquía son también lo mismo.
John William Cooke
El verdadero orden social y político es el conjunto compensado y armónico de todas las libertades.
Manuel Silvela
En los muros del tiempo trabajamos todos como arquitectos de nuestro propio destino.
Orison Swett Marden
¿Y quién confía usted? En la gente que come cuando tiene hambre.
Roberto Bolaño
El silencio puede ser, entonces, tanto el corolario excelso de la lucidez como la bruma irremediable en la que se diluye la aptitud -y a veces la necesidad- de articular una idea o una emoción con la que dejar atrás el mundo de lo previsible y codificado.
Santiago Kovadloff
Todas las cosas de este mundo se persiguen con más ardor que se gozan.
William Shakespeare
La felicidad es la posesión de la excelencia propia de nosotros, y del poder subordinado para ello.
Xenócrates