Su mision no era pensar ni sentir, si no cumplirordenes.
Fernando Aramburu
Queremos mantener a la empresa sana y feliz a sus empleados, queremos mantenerlos trabajando en forma productiva.
Akio Morita
La libertad sin una autoridad fuerte e incólume, no es libertad al cabo de poco tiempo, sino anarquía.
Antonio Cánovas del Castillo
Ni ETA, ni Herri Batasuna, ni KAS, ni ninguna organización por grande que sea puede resolver los problemas de la clase trabajadora vasca. Únicamente el Pueblo Trabajador Vasco puede solucionar sus problemas.
Argala
Ser español y lúcido aparejó siempre una seca soledad.
Arturo Pérez-Reverte
La austeridad no gusta. La austeridad fastidia. Pero más fastidia la quiebra, y a mucha más gente y durante mucho más tiempo.
Daniel Lacalle Fernandez
La religión es excelente para mantener callada a la gente común.
Frank Zappa
La modicidad nunca ha producido cosas grandes.
George Bernard Shaw
No hay una respuesta única. Así como no hay una solución fácil.
Herman Van Rompuy
Reconozco que no sé mucho de todo, pero sí de todo lo que yo sé.
Kirsten Dunst
Puesta del sol. La rana también llora.
Kobayashi Issa
¿Estás seguro que el piso no puede ser también el techo? ¿Tienes la completa certeza de que vas hacia arriba cuando subes las escaleras?
M. C. Escher
Seguir la política de avanzar en oleadas para extender el territorio bajo el régimen independiente, oponerse a la política de avance temerario.
Mao Zedong
En cuanto al poder disciplinario, se ejerce haciéndose invisible; en cambio impone a aquellos a quienes somete un principio de visibilidad obligatorio.
Michel Foucault
Cualquier cosa que una a dos personas es íntima. Una conversación, un beso, un susurro. Hasta pelear es íntimo. Pero nosotros no somos extraños respecto al sexo. No nos avergonzamos de él. No creemos que sea importante quedarnos el sexo de otra persona para nosotros solos, como un avaro que acumula oro.
Patrick Rothfuss
La parte más difícil de su técnica era la capacidad de crear situaciones que estaban en el límite de lo inverosímil, pero que en la lectura parecían lo bastante reales.
Raymond Chandler