Frase de Federico García Lorca

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La armonía hecha carne tú eres el resumen genial de lo lírico. En ti duerme la melancolía, el secreto del beso y del grito.... - Federico García Lorca

La armonía hecha carne tú eres el resumen genial de lo lírico. En ti duerme la melancolía, el secreto del beso y del grito.

Federico García Lorca

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Explorar Frases

El buen callar cien sueldos vale en toda plaza.

Arcipreste de Hita

Celestino se queda perplejo, sin saber qué hacer. Piensa romperle un sifón en la cabeza, por fresco, pero se acuerda: Entregarse a la ira ciega es señal de que se está cerca de la animalidad. Quita su libro de encima de los botellines y lo guarda en el cajón. Hay días en que se le vuelve a uno el santo de espaldas, en que hasta Nietzsche parece como pasarse a la acera contraria.

Camilo José Cela

Está por encima de sus enemigos el que desprecia sus agravios.

Confucio

Estaba equivocado, porque no importa de qué color sea una chica, sigue siendo una puta.

Eminem

Debe preguntarse a los niños y a los pájaros cómo saben las cerezas y las fresas.

Goethe

El sujeto no habla sino que es hablado. (por el Otro desde lo inconsciente)

Jacques Lacan

¿Así que estabas tan afligido que te compraste un Jaguar?

Joe Pantoliano

La única garantía contra la esclavitud política es el freno que puede mantener sobre los gobernantes la difusión entre los gobernados de la inteligencia, la actividad y el espíritu público.

John Stuart Mill

Queremos una Argentina socialmente justa, económicamente libre, y políticamente soberana.

Juan Domingo Perón

Si consideraseis cuántas necedades pueden salir de vuestra boca, seríais menos pródigos de vuestras palabras.

Jules Michelet

Nadie es capaz de evitar el amor, y nadie es capaz de evitar que su amor se acabe.

Molière

En el bosque de amor, soy cazador furtivo; te acecho entre dormidos y tupidos follajes.

Ramón López Velarde

Casi siempre sucede que la parte mayor vence a la mejor.

Tito Livio

Tienes que ser fuerte para sobrevivir hoy.

Tom Hanks

Solamente dependo de la muerte, ya que discurso no hay ni diligencia que de su despotismo nos liberte. Más la espero sin miedo y con paciencia, vivo sin desearla; y de esta suerte, amigo, se acabó la dependencia.

Tomás de Iriarte