La agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.
Federico García Lorca
La mentira mayor es el ego.
Alejandro Jodorowsky
La desmemoria es un don que otorga Dios a los deudores para compensarlos por su falta de conciencia.
Ambrose Bierce
Si besan tu mano te puedes sentir muy bien, pero un brazalete de diamantes y zafiros es para siempre.
Anita Loos
Al poder le ocurre como al nogal, no deja crecer nada bajo su sombra.
Antonio Gala
Nueve hombres de cada diez son suicidas.
Benjamin Franklin
No se puede permitir que los chinos abran sus tiendas en festivos, que los paquistaníes vendan bebidas alcohólicas a partir de las 11 de la noche o que los latinoamericanos tengan sus bares abiertos hasta las cuatro de la madrugada.
Celestino Corbacho
Como cuando la fruta en el árbol llega a tener sazón, se suele ella caer de suyo sin que otros la corten, así tiene su cierta razón el vivir, adonde la vida misma, cuando llega, llama a la muerte.
Fray Luis de León
Lo peor de la mala situación es que lo obliga a uno a decir mentiras.
Gabriel García Márquez
Con frecuencia ocurre que los atletas terminan reclutados involuntariamente para defender los intereses militares y políticos de sus países y que son llamados a transformar la atmósfera de los campos deportivos en la de un campo de batalla y a ayudar a hacerle propaganda a una causa ganando.
Gay Talese
Es para ser presidente de la Generalitat y para gobernar; no para decidir quien gobierna.
Joan Laporta
Cuando acabe la tormenta, mi bosque estará desolado.
Pablo Hasél
No puedes abandonar algo en lo que realmente crees por razones financieras. Si mueres en la miseria, que así sea. Pero al menos sabrás que lo has intentado. Diez minutos en la escena musical son el equivalente a cien años fuera de ella.
Robert Plant
La diferencia engendra odio.
Stendhal
Sus ojos fijos en la parte inferior de mi cara como si me leyese los labios, y después de un momento de reflexión (su comprensión amatoria era incomparable) dio la vuelta rápidamente y cimbreándose sobre sus esbeltas caderas, me condujo por el pasillo alfombrado de azul.
Vladimir Nabokov
¿Pensar? ¿¡Cómo demonios se supone que puedo pensar y batear al mismo tiempo!?
Yogi Berra