Lo único que los mueve es la envidia. No hay que tenerles miedo: la envidia de los sapos nunca pudo tapar el canto de los ruiseñores.
Eva Perón
Bienaventurados los que se ríen de sí mismos, porque ellos nunca pararán de divertirse.
Anónimo
Las leyes, como las casas, se apoyan unas en otras.
Edmund Burke
Gracias por el beso que me hizo bien y por aguantarte mi boludez, gracias por tu risa que alumbra al sol, gracias por amarme de corazón.
Fito Páez
... nosotros tenemos que saber hoy que, en cada frase que dice, un teólogo, un sacerdote, un papa, no sólo yerra, sino que miente...
Friedrich Nietzsche
La noche apoya su cabeza en mi hombro, su materia sensible. No hay nostalgia, sino copos de tiempo que la noche aventa en un espacio vuelto madrugada.
Jenaro Talens
Un gato es el símblo del hogar porque el gato no vive con nosotros: la casa es de él y nosotros somos uno más de los objetos que gravitan en torno a su pausada elegancia.
Juan José Rodríguez Ramos
Inglaterra es de manera preeminente el país del pauperismo.
Karl Marx
Si debo morir, Dios no lo quiera, que éste sea mi epitafio: La única prueba que necesitaba de la existencia de Dios era música.
Kurt Vonnegut
A tus uñas de acero saca filo el amor: por eso tus rasguños van siempre al corazón.
Manuel González Prada
Hemos aprendido a volar como los pájaros y a nadar como los peces, pero no hemos parendido el sencillo arte de vivir juntos como hermanos.
Martin Luther King
Mi punto de vista es que si tu filosofía no se actualiza cada día, estás cegado a todo lo que el universo puede ofrecerte.
Neil DeGrasse Tyson
De noche, sobre todo, es hermoso creer en la luz.
Platón
La libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen.
Ramiro de Maeztu
Todas las adversidades que he tenido en mi vida, todos los problemas y obstáculos, me han fortalecido... Uno no se da cuenta de cuando sucede, pero una patada en los dientes puede ser la mejor cosa que le puede suceder en un momento dado.
Walt Disney
Es la vida la que da a la vida, mientras que vosotros, que os consideráis donantes, no sois más que testigos.
Yibrán Jalil Yibrán