En la ciencia, no es la velocidad lo más importante. Es la dedicación, el compromiso, el interés y la voluntad de saber algo y entenderlo - estas son las cosas que van primero.
Eugene Paul Wigner
Todas las revoluciones modernas han concluido en un reforzamiento del poder del estado.
Albert Camus
Sólo los ricos nos damos cuenta del abismo que nos separa de los pobres; los pobres nunca lo saben y mientras algún terrateniente renegado no se los diga.
Carlos Fuentes
Lo que quiero es que la gente llegue a su casa, se siente en su mesa, coma sus frijolitos, sus huevitos y que muy a gusto disfrute de la telenovela.
Eduardo Yáñez
Todo pesa, todo es un lastre para el camino. Para el camino del viajero y el de la vida hay que ir ligero de equipaje.
Fernando Sánchez Dragó
Despierta ríes y al reír tus labios inquietos me parecen relámpagos de grana que serpean sobre un cielo de nieve.
Gustavo Adolfo Bécquer
La conciencia de la precariedad de la existencia agrega valor al momento presente.
Hubert Reeves
Nunca un puñado de bolcheviques con lombrices había estado tan cerca de tumbar la ley endurecida que gobierna la hechura de toda mercancía.
Mario Payeras
El 'buen hombre' es un cadáver mal informado.
Nelson Rodrigues
La historia es la ciencia de los hombres, de los hombres en el tiempo.
Nicolás Maquiavelo
El tiempo de las armas no es el de las leyes.
Plutarco
Trata a los pequeños como tú quisieras ser tratado por los grandes.
Proverbio
Asfixiante y mustia la vida de las mujeres de la buena sociedad en Madrid, siempre condenadas a mantenerse alejadas de cualquier lugar en que floreciera la inteligencia.
Rafael Chirbes
Las relaciones de poducción nos dicen el carrácter de una sociedad, de un régimen social,: Pero más allá de las relaciones de producción formales, la última verdad sobre su contenido reside tambíen en el desarrollo concreto de los medios de producción, de las fuerzas productivas.
Santiago Carrillo
Al que manda con dulzura se le obedece con mejor voluntad.
Séneca
Apenas han encontrado marido, se convierten en máquinas de fabricar niños, en perpetua adoración por el fabricante.
Stendhal