Pensar contra la corriente del tiempo es heroico; decirlo, una locura.
Eugène Ionesco
¿Por qué cuanto nos rodea es de manera que parece que quien hizo el mundo fue un diosecillo, que no tuvo fuerzas para formarlo a su gusto?
Alfred Tennyson
Sonriendo a la vida si no te sonríe ella a ti.
Amaia Montero
Entré por la puerta grande y salí por la puerta grande.
Carlos Menem
Se abren espacios en el medio de la jungla, son nuestras voces que se escuchan, juntas.
Celeste Carballo
Me avergüenzo de esos filósofos que no quieren desterrar ningún vicio si no está castigado por el juez.
Cicerón
El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno.
Gabriel García Márquez
El proyecto de descomposición de la democracia no lo representa mejor ni con más eficiencia nadie más que él (Álvaro Uribe).
Gustavo Petro
Los cuerpos muertos han de desecharse con mayor motivo que el estiércol.
Heráclito
Una de las mayores pruebas de mediocridad consiste en no saber reconocer la superioridad donde quiera que ella se encuentre.
Jean-Baptiste Say
De la fortuna aprenda el sabio dónde alcanza el favor, dónde el agravio.
Lucano
Tengo que hacer tanto equilibrio que parezco Tandarica con la bandeja.
Luis Juez
La vocación por lo que uno hace es fundamental para que las cosas salgan bien. Sin vocación se puede fingir, pero se nota.
Miguel Ángel Revilla
Un maestro realizado puede enviar oleadas de influencia espiritual hacia mucha gente. Sin embargo, puede estar en una cueva manteniendo un silencio total.
Ramana Maharshi
En nuestras costumbres, una mujer no puede hacer nada por sí misma: necesita seducir a un hombre para obligarle a que ejecute sus deseos.
Stendhal
Levantar por cien veces, topográficamente, la ciudad desde sus pasajes y sus puertas, cementerios, burdeles, estaciones..., tal como antes se hizo desde sus iglesias y mercados. Las ocultas figuras de la ciudad hechas de asesinatos, rebeliones, sangrientos nudos en la red de calles, y los nidos de amor, y los incendios...
Walter Benjamin