Dios es un vertebrado gaseoso.
Ernst Haeckel
¡La prosperidad eran deudas!
Andrés Rábago García
La vida es como una nuez; no puede cascarse entre almohadones de plumas.
Arthur Miller
Ante todas cosas, habéis menester determinaros en dos cosas; la una y principal: tener siempre a Dios delante de vuestros ojos, y ofrecerle todos los trabajos y cuidados que habéis de pasar, y sacrificaros y estar muy pronto a ellos; y lo otro, creer y ser sujeto a todo buen consejo.
Carlos I de España
La suerte no es algo de lo que se puede hablar en presencia de los hombres hechos por sí mismos.
Elwyn Brooks White
La vanidad dice al hombre lo que es honor; la conciencia le dice lo que es justicia.
Fray Diego de Landa
Mi mayor desgracia ha sido siempre no ser capaz de resistirme a los halagos.
Jean-Jacques Rousseau
La publicidad es algo esencialmente sin acontecimientos. Su campo de acción es justo aquel en el que no ocurre nada. Para la publicidad, todos los acontecimientos reales son excepcionales y les ocurren únicamente a los extranjeros.
John Berger
Los fanáticos crean un ensueño y lo convierten en el paraíso de sus secta.
John Keats
En una obra de Dios, el espíritu ha de obedecer o marcharse.
Josemaría Escrivá de Balaguer
Es locura manifestar vivir precariamente para poder morir rico.
Juvenal
La arquitectura es el magistral, correcto y magnífico juego de masas reunidos en la luz. Nuestros ojos están hechos para ver las formas en la luz, la luz y la sombra revelan estas formas, cubos, conos, esferas, cilindros o pirámides son las grandes formas primarias que la luz revela.
Le Corbusier
La vivienda no es sólo un bien inmobiliario, es también una forma de consolidación espiritual.
Mario Benedetti
Pero, quizás esto no fuera importante, pues ¿qué puede hacer un pequeño gorrión para contravenir el curso de la historia?
Santiago Posteguillo
Gozan los ánimos fuertes en las adversidades. Al igual que los soldados intrépidos triunfan en las guerras.
Séneca
Supo la traición más dura, luego el silencio, el rumor, luego el murmullo, el clamor, y al fin supo del aullido, y del último estallido mi abuelo supo el amor.
Silvio Rodríguez