Comíamos bien y barato, bebíamos bien y barato, y juntos dormíamos bien y con calor, y nos queríamos.
Ernest Hemingway
Ni (hay) quien suba poco a poco que no descienda rodando.
Alonso de Barros
Nunca hubo maldades, sólo ingenuidad.
Amaia Montero
El primer ministro canadiense Pierre Trudeau visitó la ciudad siberiana de Norilsk: Trudeau lamentó que Canadá nunca había tenido éxito en construir una ciudad tan grande tan al norte, sin darse cuenta -o sin preocuparse-, de que Norilsk había sido construida por prisioneros.
Andréi Amalrik
Abrázame en tus alas para que otro aire no me roce sino tu aliento, del que vivo y muero.
Antonio Gala
Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar.
Antonio Machado
La amistad de dos personas es de fundamental importancia, ya que, sin el otro, uno no puede ser amigo de nadie más.
Eleanor Roosevelt
En política se está en contacto con la mugre y hay que lavarse para no oler mal.
Enrique Tierno Galván
No se puede ser católico y mayor de edad.
George Orwell
No sé si los científicos tienen razón cuando dicen que la intervención médica produciría hombres fuertes y sanos. Estoy seguro de que, si así fuese, el primer acto de los hombres fuertes y sanos sería aplastar la intervención médica.
Gilbert Keith Chesterton
La clase dominante pretende mantener las relaciones productivas tal y como existen en la sociedad, mientras que el interés de la clase ascendente es destruirlas.
Karl Marx
Débense buscar los amigos como se buscan los buenos libros. Que no está la felicidad en que sean muchos ni muy curiosos; antes en que sean pocos, buenos y bien conocidos.
Mateo Alemán
El hombre no está hecho para aceptar la muerte: ni la suya ni la de los demás.
Michel Houellebecq
Si la voluntad se relaciona con una exigencia social, como creía William James, es más fácil ir a la guerra que dejar de fumar.
Roberto Bolaño
Empleo las palabras que me has enseñado. Si no significan nada, enséñame otras. O deja que me calle.
Samuel Beckett
La dicha no es más que sueño, y el dolor la realidad.
Voltaire