No nos han vencido, ya que, como soldados, somos mejores y más expertos que ellos; simplemente nos han aplastado, machacado con su enorme superioridad numérica.
Erich Maria Remarque
El día en que no quede entre los hombres ni entusiasmo, ni amor, ni adoración, ni abnegación, cavemos hasta llegar al centro de la tierra, echemos allí unos millones de barriles de pólvora, y ¡que reviente como una bomba en mitad del firmamento!
Alfred de Vigny
El poeta escribe para expresarse, es decir, para afirmarse a sus ojos analizando sus propios sentimientos, sin ocuparse con exceso de las reacciones de los auditores eventuales.
Carlos Sahagún
Por eso es tan maravilloso aprender de los niños, porque ellos resuelven sus problemas en forma honesta y vertical.
Chabelo
Nada está nunca acabado, basta un poco de felicidad para que todo vuelva a empezar.
Émile Zola
Haces lo que padeces y te imitas.
Francisco de Quevedo
Cuando la verdad entre en colisión con la mentira de milenios sufriremos convulsiones.
Friedrich Nietzsche
La belleza está constituida por la objetivación del placer. Es placer objetivado.
George Santayana
Se dice a menudo que es preciso experimentar sin idea preconcebida. Esto no es posible, no solamente sería volver estéril toda experiencia, sino que se querría lo imposible.
Henri Poincaré
Deseo paciencia a los impacientes por verme desaparecer. Ya falta menos que antes.
Jacinto Benavente
Somos perdedores y siempre lo seremos.
James McAvoy
Vemos a los clientes como invitados a una fiesta y nosotros somos los anfitriones.
Jeff Bezos
Se educa a los niños inculcando en sus ánimas sentimientos de bondad y benevolencia, haciéndoles amar la verdad y huir de la mentira.
Jerónimo Usera
¿Quién podrá resolver la cuadratura de esta regla de tres con calentura?
Joaquín Sabina
El hombre que ha perdido la aptitud de borrar sus odios esta viejo, irreparablemente. La vida humana representa, la mayor parte de las veces, una ecuación entre el pasado y el futuro.
José Ingenieros
Existen dos tipos de personas: las que eligen ser dueñas de su propio destino y las que esperan sentadas mientras los demás bailan.
Lisa Kleypas