Para la mayoría de la gente, el problema del amor consiste fundamentalmente en ser amado, y no en amar, no en la propia capacidad de amar.
Erich Fromm
Una de las ventajas de este mundo es la de poder odiar y ser odiados sin conocerse.
Alessandro Manzoni
Dado, pues, que la ley no es nada más que la forma de vida que los hombres se imponen a sí mismos o a otros por algún fin, parece que hay que distinguir ley humana y ley divina.
Baruch Spinoza
No hay ninguna razón por la que no se pueda enseñar a un hombre a pensar.
Burrhus Frederic Skinner
El individualismo es la fe pública del capitalismo y, en la sociedad de masas, el esfuerzo de cada uno se apoya en las decenas o centenas de miles que hablan o intuyen el lenguaje de la superación, aportan su cuota de confianza y repiten, orgullosos, los proverbios antes escondidos en los almanaques y en la sabiduría de los viejos en los parques.
Carlos Monsiváis
Primero descubre lo que quieres ser; luego haz lo que tengas que hacer.
Epicteto
Aquí he venido a dar por accidente para afrontar la existencia y azar que lleva el náufrago de sus anhelos y la tempestad.
Fernando Delgadillo
Un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.
Gabriel García Márquez
Ella es mi amor, no la dejaré, este es mi hogar. Su madre es mi hogar.
James Garner
La felicidad no es perfecta hasta que no se comparte.
Jane Porter
Cuando Dios repartía el talento, se lo dio todo a Michael Jackson.
Kenneth Brian Edmonds
Los bebes no crecen solo por la cantidad de leche que ingieren, sino también -y sobre todo- por el contacto emocional con la mamá.
Laura Gutman
Bien predica quien bien vive.
Miguel de Cervantes
Así pues, si no me créeis, bella, mientras vuestra edad florezca en su novedad más verde, recolectad, recolectad vuestra juventud: al igual que le sucede a esta flor la vejez hará que vuestra belleza decaiga..
Pierre de Ronsard
Un hombre sin estudio es un hombre incompleto.
Simón Bolívar
Si se desea solamente el bien, se está en oposición a la ley que une al bien real con el mal del mismo modo que al objeto iluminado con la sombra; y, estando en oposición a la ley universal del mundo, es inevitable que se caiga en la desgracia.
Simone Weil