Ojalá que hubiera traducciones a todas las lenguas para que esos escritos pudieran ser leídos y conocidos.
Erasmo de Róterdam
Si queremos en realidad ganar la guerra contra el terrorismo, la gente debe estar preparada para aguantar el sacrificio y aún, si ocurriera la pérdida de una persona amada, dolor inconmensurable.
Benjamín Netanyahu
El error es un arma que acaba siempre por dispararse contra el que la emplea.
Concepción Arenal
Detrás del éxito hay algo terrible. Los italianos lo perdonan todo: los ladrones, los asesinos, menos el éxito.
Enzo Ferrari
A la naturaleza no se la vence sino siguiéndola.
Francis Bacon
Ay de mí si no predico el Evangelio.
Francisco Javier
El hombre vale porque es hombre, no porque es judío, católico, representante, alemán, italiano, etc.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel
Vivimos en un mundo donde los hombres se visten con trajes ya confeccionados. Peor para ti si tienes demasiada talla.
Gustave Flaubert
Lo que es distintivo en el hombre es la posibilidad de hundirse hasta el nivel de las bestias. Con todo, tiene también la posibilidad de llevar a alturas nuevas y sin precedente esa unidad de la sensibilidad y del impulso, del cerebro, el ojo y el oído, que ejemplifica la vida animal, saturándola con los significados conscientes que se derivan de la comunicación y la expresión deliberada.
John Dewey
Vive bien. Vive. Con amor.
Jojo Moyes
El mayor defecto de los libros nuevos es que nos impiden leer los libros viejos.
Joseph Joubert
¡Haz la prueba, escribe sobre el papel las armonías de tu alma!.. y la he obedecido y he compuesto.
Ludwig van Beethoven
El camino es la fuente, el tesoro, la riqueza.
Ryszard Kapuściński
La (exactitud de la) ciencia se encuentra acotada por el límite impuesto por el principio de incertidumbre de Heisenberg, que a su vez define el caos subyacente a toda vida.
Stephen Hawking
Esto es amar: volar hacia un cielo secreto, causar que cien velos caigan cada momento. Primero dejar ir la vida. Finalmente dar un paso sin pies.
Yalal ad-Din Muhammad Rumi
Tengo la confianza del señor Alexander y la oportunidad de jugar en Houston.
Yao Ming