Lo que perturba a los hombres no son precisamente las cosas, sino la opinión que de ellas se forman.
Epicteto
No hay riqueza más peligrosa que una pobreza presuntuosa.
Agustín de Hipona
La cadena del matrimonio pesa tanto que es preciso sean dos para llevarla, y, a veces tres.
Alejandro Dumas
Sentado en una barril de pólvora y fumándo cartuchos de dinamita.
Alfonso Lanzagorta
Aprendemos, o por inducción o por demostración. La demostración parte de lo universal; la inducción de lo particular.
Aristóteles
No creo en las revoluciones que cambian el orden de las cosas y no cambian el corazón del hombre.
Blaise Pascal
La estrategia determina el lugar donde habrá de emplearse la fuerza militar en el combate, el tiempo en que ésta será utilizada y la magnitud que tendrá que adquirir. Esa triple determinación asume una influencia fundamental en el resultado del encuentro.
Carl von Clausewitz
No debes quejarte de la nieve en el tejado de tu vecino cuando también cubre el umbral de tu casa.
Confucio
Ninguna cosa hace pobre al avariento como la riqueza.
Fernando de Rojas
Donde no hay mujeres no existen los buenos modales.
Goethe
Cuando sale la luna creciente, a las cuatro o las cinco de la tarde, presenta una luz brillante y alegre como de plata; en cambio, después de media noche es apagada, triste y siniestra. Es una verdadera luna de noche de brujas.
Guy de Maupassant
El caos con frecuencia genera vida, cuando el orden genera hábitos.
Henry Adams
La perfección ha de llegar cuando jugamos nuestros juegos. Es muy importante porque si pensamos que no necesitamos esta perfección, no nos tomaríamos nuestros juegos en serio y entonces todo sería en vano.
Ingmar Bergman
Si uno dice todo el tiempo ¡maldición!, así es difícil animarse y salir de la crisis.
Jorge Bucay
Prefiero dibujar a hablar. Dibujar es más rápido, y deja menos espacio para la mentira.
Le Corbusier
Alguien me dijo un día: No bebas más, Khayyam. Cuando bebo - repuse - comprendo lo que dicen la rosa, la amapola y el jazmín, y aun comprendo lo que decir no saben los libros ni mi amada.
Omar Jayam