Dios: lo más evidente y lo más misterioso.
Enrique Lacordaire
Ni uno sólo de los principios morales que custodian el corazón de los hombres, me era accesible.
Albert Camus
Después de la propia sangre, lo mejor que el hombre puede dar de sí mismo es una lágrima.
Alphonse de Lamartine
La felicidad es como las neblinas ligeras: cuando estamos dentro de ellas, no las vemos.
Amado Nervo
Los que cambian su libertad por su seguridad no merecen libertad ni seguridad.
Benjamin Franklin
Los acreedores suelen tener mejor memoria que los deudores.
El requesón pisoteado, lejos de endurecerse, se desparrama.
Goethe
Dónde el sueño cumplido y dónde el loco amor que todos o que algunos siempre tras la serena máscara pedimos de rodillas.
Idea Vilariño
Cuando no se trata más que de dar consejo, toda la corte bulle; cuando es preciso obrar, no hay nadie con quien se pueda contar.
Jean de La Fontaine
Toda mirada era un festejo de sol, de estar de abismo iluminado.
José Barroeta
Amor más que tesoros da esta Tierra.
Mariano Melgar
No hay que pintar lo que nosotros creemos que vemos, sino lo que vemos.
Paul Cézanne
Los seres humanos no pueden permitirse el lujo de ser fanáticos de nada. Ni siquiera de la justicia o la lealtad. El fanático de la justicia termina por asesinar a un millón de indefensas personas para limpiar un espacio para sus tribunales de la ley. Si queremos sobrevivir en este planeta, debe haber compromisos.
Storm Jameson
La vida es una obra bastante buena, salvo el tercer acto, el último.
Tennessee Williams
El deseo de placer y el deseo de poder sólo surgen cuando se ha frustrado el deseo de sentido.
Viktor Frankl
Toda diplomacia es una guerra continua por otros medios.
Zhou Enlai