La medicina es el arte de acompañar al sepulcro con palabras griegas.
Enrique Jardiel Poncela
Las armas más crueles resultan humanitarias si consiguen provocar una rápida victoria.
Adolf Hitler
En un día dado, una circunstancia dada, piensas que tienes un límite. Y entonces vas por este límite y tocas este límite, y piensas: bueno, este es el límite. En cuanto tocas este límite, algo pasa y de repente puedes ir un poco más allá. Con el poder de tu mente, tu determinación, tu instinto, y la experiencia también, puedes volar muy alto.
Ayrton Senna
Por primera vez, dudaba de que la bondad humana superase verdaderamente a la maldad.
Camilla Läckberg
El modo como se desarrolla la competencia a partir del monopolio es un hecho íntimamente relacionado con el progreso de la cultura económica.
Carl Menger
Evadirse de la prisión de la forma poética y de la sintaxis.
César Vallejo
¡Cuantos pretextos fabrica el miedo!
Doménico Cieri Estrada
No le pidas consejo al insensato, pues no podrá mantenerlo en silencio.
Eclesiastés
El humanista llamado de izquierda considera su principal cuidado velar por los valores humanos; no pertenece a ningún partido, porque no quiere traicionar lo humano, pero sus simpatías se inclinan a los humildes; a los humildes consagra su bella cultura clásica.
Jean-Paul Sartre
Vendedores de humo.
José María García
Si el dolor de cabeza sobreviniese antes de la embriaguez, nos guardaríamos de beber con exceso; as el placer, para mejor engañarnos, va por delante y nos oculta su séquito.
Michel de Montaigne
Vuelve hacia atrás la vista, caminante; verás lo que te queda de camino.
Miguel de Unamuno
Enséñanos, Señor, la disciplina de la paciencia.
Peter Marshall
Sin lucha no hay derecho, como sin trabajo no hay propiedad. La norma: Comerás el pan con el sudor de tu frente, está con la misma verdad frente a la otra: En la lucha hallarás tu derecho. Desde el momento en que el derecho abandona su disposición combativa, se sacrifica a sí mismo.
Rudolf von Jhering
Existió sin existir en ese limbo entre la vida y la muerte que es el purgatorio de los locos.
Ryszard Kapuściński
Y, de repente, es como si no existiera nadie más en el mundo que estas dos personas que atraviesan el espacio para encontrarse. Chocan, se abrazan, pierden el equilibrio, se dan contra una pared y allí se quedan, convertidos en un solo ser indivisible.
Suzanne Collins