El secreto del alma de las mujeres consiste en carecer de ella en absoluto.
Enrique Jardiel Poncela
Puede que nunca seas ni tengas un esposo. Puede que nunca tengas ni sostengas un hijo. Aprenderás a perderlo todo. Somos disposiciones temporales.
Alanis Morissette
La Mayoría de la gente cree en Dios porque le han enseñado a creer desde su infancia, y esa es la razón principal.
Bertrand Russell
Las dos palabras más bellas de la lengua inglesa son: cheque adjunto.
Dorothy Parker
Cuando tenga 50 años miraré los trofeos que he conseguido, pero hoy no me sirven de nada. Quiero volver a ganar.
Fernando Alonso
No se puede estar en guerra y de fiesta.
Fidel Castro
Mientras yo no gane, tienen razón los que dicen que estoy acabado. Pero cuando yo gane un torneo importante, o tenga buenos resultados, que me escuchen.
Guillermo Vilas
Creo en la importancia de las clases dirigentes, sobre todo si mando yo.
Jeff Anderson
Los vascos no sois españoles, de acuerdo, pero los catalanes tampoco, y con acciones como ésta no hacéis más que españolizar Cataluña. Ahora sólo me atrevo a pediros que cuando queráis atentar contra España, os situéis previamente en el mapa.
Josep-Lluís Carod-Rovira
Normalmente cuando las personas están tristes, no hacen nada. Se limitan a llorar. Pero cuando su tristeza se convierte en indignación, son capaces de hacer cambiar las cosas.
Malcolm X
La memoria es el talento de los tontos.
Marcelino Menéndez Pelayo
Drogarse, es como tomar una taza de té
Noel Gallagher
Aun en medio de la desesperación esperamos.
Remy de Gourmont
Ingrato es el que sólo en secreto es agradecido.
Séneca
Un cuerpo muerto no venga las injurias.
William Blake
Quisiera decir algunas palabras acerca del miedo. Es el único y auténtico adversario de la vida. Sólo el miedo puede vencer a la vida. Es un contendiente traicionero y perspicaz, y bien que lo sé. Carece de decoro, no respeta ninguna ley, ningún principio. Te ataca el punto más débil, que siempre reconoce con una facilidad infalible. Empieza con la mente, siempre. Estás tranquilo, sereno y feliz y al poco rato el miedo, ataviado con la vestimenta de duda afable, se te cuela en la mente como un espía.
Yann Martel