Una vez que se adquiere un conocimiento básico, cualquier intento de impedir su realización sería tan inútil como la esperanza de detener la Tierra en su movimiento alrededor del Sol.
Enrico Fermi
Un arqueólogo es el mejor marido para una mujer: cuanto mayor se hace ella, más le gusta a él.
Agatha Christie
Es sorprendente apreciar lo poco que reacciona la población ante cada nuevo esfuerzo para imponer controles más estrictos sobre la información de que disponen los ciudadanos de nuestra democracia.
Al Gore
¿Mi mayor error?, pienso que aún no lo he cometido...
Ayrton Senna
Cuántos siglos necesita la razón para llegar a la justicia que el corazón comprende instantáneamente.
Concepción Arenal
El don más precioso que otorga Dios al corazón humano es el de sepultar su egoísmo mientras su alma se enciende y ama.
Emanuel Geibel
Pero incluso los fariseos y los escribas sacan ventaja de tales adversarios, tienen que haber poseído algún valor para ser odiados de manera tan indecente.
Friedrich Nietzsche
La furia fundida con la frialdad.
John Katzenbach
No sé si sera la publicidad a UNICEF, pero a mi me daría vergüenza ganar una Champions como la que han ganado ellos.
José Mourinho
Nunca hay que dolerse del tiempo que ha sido preciso gastar para hacer el bien.
Joseph Joubert
El dinero en efectivo es cosa de arruinados. La opulencia ya no se mide por el dinero que tienes en el momento de pagar, sino por la capacidad de moratoria que exhibes con las tarjetas.
Juan Cueto
El sabio no enseña con palabras, sino con actos.
Lao-Tse
El lenguaje no sólo describe la realidad, sino que además es capaz de crearla. Nuestra forma de hablarnos a nosotros mismos afecta tremendamente a nuestra manera de relacionarnos con el mundo.
Mario Alonso Puig
Las leyes mantienen su crédito, no porque sean justas, sino porque son leyes.
Michel de Montaigne
Si tienes una cara hermosa no necesitas falsas y grandes siliconas para conseguir la atención de alguien.
Paris Hilton
Los más sufrimos peor las malas palabras que las malas obras, porque es más difícil llevar el desprecio que la pérdida.
Plutarco