El le ha dado al mundo un regalo, su talento, y de regreso, el mundo trata de crucificarlo.
Enid Jackson
Cada vida tiene sus horas tristes o alegres. La felicidad proviene de elegir cuáles recordar.
Anónimo
Lo que se cuenta al que se cuenta todo, no es nunca ni la mitad de lo que se le oculta.
Diane de Beausacq
Para que un hombre sea bueno le basta un bien mediano; mas en la mujer ha de ser negocio de muchos y muy subidos quilates.
Fray Luis de León
El trabajo es la fuente de toda riqueza... Lo es, en efecto, a la par que la naturaleza, proveedora de los materiales que él convierte en riqueza.
Friedrich Engels
Mirá las almas a tu alrededor, mirá el amor que está a tu costado.
Indio Solari
Pero ha pasado el tiempo y la verdad desagradable asoma: envejecer, morir, es el único argumento de la obra.
Jaime Gil de Biedma
Nuestro país no es la única cosa a la que debemos nuestra lealtad. También se le debe a la justicia ya la humanidad.
James Bryce
Sólo el ser viejo ya es un motivo que debe ejercitar nuestro respeto. Las canas revisten a sus dueños de cierta autoridad sobre los mozos.
Joaquín Fernández de Lizardi
Epílogo de la Revolución Imaginaria del oral-cristinismo. Explota por las clases populares. Sociedad masturbada por el relato.
Jorge Asís
Tuve mucho tiempo de búsqueda y hace dos años sin tener elementos fuertes le puse nombre a lo que buscaba y dije, soy hijo de desaparecidos.
Juan Cabandié
Póntico, ¿por qué crucificas a tu siervo, después de haberle cortado la lengua? ¿No sabes tú que el pueblo dice lo que él se calla?.
Marcial
¡Escribo música con un signo de exclamación!
Richard Wagner
¡Mire esta vaca, Serafín! Musa inspiradora de miles de composiciones escolares... ¡Y ahora es acusada de traficante de colesterol por el naturismo apátrida! Nos da su leche, su carne, su cuero. ¡Lo quiero ver a usté haciéndose una campera de zapayitos!
Roberto Fontanarrosa
El destino no es otra cosa que el camino que debes recorrer para encontrarte a ti mismo.
Susanna Tamaro
Nada es más nocivo para la creatividad que el furor de la inspiración.
Umberto Eco