Prefiero tener rosas en mi mesa que diamantes en mi cuello.
Emma Goldman
¿Y vendrás tú? Se cubren alegras, mis floreros de madreselvas. Anda por los largos canteros la risa azul del no me olvides y se cargan las vides.
Alfonsina Storni
La modestia es el arte de animar a la gente a que se encuentren por si mismos cuan maravilloso es uno.
Anónimo
El dinero sirve a los ricos para que muchos médicos les ayuden a morir.
Aristóteles
Es invariablemente triste mirar a través de nuevos ojos las cosas a las que uno ha extendido su capacidad de adaptación.
F. Scott Fitzgerald
El marketing es ahora el instrumento del control social, y forma la raza impúdica de nuestros amos.
Gilles Deleuze
El derecho a la libertad de culto, no es otra cosa que el derecho que tiene una persona para escoger cómo embrutecerá parte de su pensamientoracional con estupideces religiosas.
Ismael Leandry Vega
El estadio de Zlin, situado en la zona industrial y feísimo, se halla enfrente de la central eléctrica: el viento barre el humo de las chimeneas, el hollín y el polvo, que caen en los ojos de los deportistas. Pese a tales inconvenientes, a Emil comienza a gustarle ese estadio, el aire pesado que se respira en él es bastante más puro que el del taller.
Jean Echenoz
Las películas de Hollywood, en los últimos veinte o treinta años, son hechas principalmente por abogados o agentes.
Jean-Luc Godard
El que quiera hacer historia, primero que aprenda de ella.
Marlene Dietrich
La nostalgia del paraíso es el deseo de hombre de no ser hombre.
Milan Kundera
Pero la senda de los justos es como la luz brillante que va haciéndose más y más clara hasta que el día queda firmemente establecido. El camino de los inicuos es como las tinieblas; no han sabido en qué siguen tropezando.
Salomón
La avaricia es como la llama, la violencia de la cual aumenta en proporción al incendio que produce.
Séneca
El hombre no muere, se mata.
Para el tímido y el pusilánime todo es imposible, porque así les parece.
Walter Scott
Una regla elemental pero importante es la de anotar cuidadosamente todos los detalles del trabajo experimental. Esta costumbre, además de proveer una constancia de lo que se hace y observa, ayuda a desarrollar el hábito de la observación cuidadosa.
William Ian Beardmore Beveridge