Frase de Emily Brontë

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¡Creo verla en las más vulgares facciones de cada hombre y cada mujer, y hasta en mi propio rostro! El mundo es para mi una horrenda co... - Emily Brontë

¡Creo verla en las más vulgares facciones de cada hombre y cada mujer, y hasta en mi propio rostro! El mundo es para mi una horrenda colección de recuerdos diciéndome que ella vivió y que la he perdido.

Emily Brontë

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Explorar Frases

Yo trato de privarme de ideas. Todos los días me quito alguna, pero siempre me quedan demasiadas.

Agustín García Calvo

A los que cometen actos dignos de destierro o prisión, o son merecedores de castigo debe condenárseles, y no absolverlos.

Demócrito

Porque el dolor y la muerte no son terribles, sino el miedo al dolor o a la muerte.

Epicteto

Escribir es la manera más profunda de leer la vida.

Francisco Umbral

Los felices son ricos, pero no los ricos son felices.

Friedrich Halm

Una buena novela nos dice la verdad sobre su protagonista; una novela mala nos dice la verdad acerca de su autor.

Gilbert Keith Chesterton

En el mejor de los casos, la consecuencia de fijar un precio máximo a un artículo determinado será provocar su escasez.

Henry Hazlitt

Nada es tan variado en la naturaleza como el cubrecabeza de una señora.

Joseph Addison

De acuerdo con la doctrina de Raymond Blythe, caminar era una oportunidad para la contemplación. En raras ocasiones, si ambos participantes estaban dispuestos, podría ser propicia para hablar sobre la historia, la poesía o la naturaleza. Los charlatanes no eran tolerados, y quien recibía ese calificativo jamás lo perdía.

Kate Morton

El valor de un acto se juzga por su oportunidad.

Lao-Tse

El exceso es un defecto.

León Bloy

Hay que instruir a la juventud riendo, reprender sus defectos con dulzura y no atemorizarla con el nombre de la virtud.

Molière

Después del vestuario viene el esqueletario.

Ramón Gómez de la Serna

La vida es una tragedia, domínala.

Teresa de Calcuta

Cuando vivimos un auténticoamor, lo vivimos como para siempre, del mismo modo que reconocemos como verdades eternas aquellas verdades a las que concedemos el valor de tales.

Viktor Frankl