Todo depende del punto de vista.
Emily Blunt
El nacionalismo es una epidemia de muy difícil tratamiento pues utiliza la paranoia como razón esencial de sus tesis.
Albert Boadella
Hizo la mamá de todas, la de silencio, párese y aplauda... la de asterisco.
Alfonso Lanzagorta
Conseguir el perdón es más fácil que recibir permiso.
Anónimo
Y cada vez que partí llevé conmigo la imagen de mí barrio, que fui mostrando y dejando en las ciudades del mundo. Fue así como un viajero que viajaba con su barrio a cuestas. O como esos árboles trasplantados que sólo dan fruto si llevan adheridas a sus raíces la tierra en que nacieron y crecieron.
Benito Quinquela Martín
Es inhumano que continúe una guerra que podría fácilmente ser terminado.
Friedrich Dürrenmatt
La vida eterna no es la vida futura; es la vida en el orden, la vida en Dios.
Henri-Frédéric Amiel
Ciertamente, señor, la consolación que no va envuelta en algún remedio no vale un cornado, y por eso, cuando no puedo remediar, no curo de consolar. Entiendo yo, señor, que más descansa hombre contando sus propios males, que oyendo consolaciones ajenas, cuando no hay remedio de presente o lo promete de futuro.
Hernando del Pulgar
Quien conozca sólo su propia cara del caso sabe poco de él.
John Stuart Mill
Así funcionaban las cosas en la vida: lo correcto no era necesariamente lo correcto, sino lo que el que mandaba decía que era correcto.
Jonas Jonasson
Un jefe debe actuar con la objetividad de un juez y con la generosidad de un líder.
María Jesús Álava Reyes
Ambición es, pero ambición generosa, la del que pretende mejorar su estado sin prejuicio de tercero.
Miguel de Cervantes
Y los que se salen de su esfera cambian sólo de entorno, no de naturaleza.
Oscar Wilde
Me parece que todos miramos a la Naturaleza demasiado y vivimos con ella demasiado poco.
El ser humano sólo se da el lujo de ser loco cuando las condiciones se lo permiten.
Paulo Coelho
La espera es un encantamiento: recibí la orden de no moverme. La espera de una llamada telefónica se teje así de interdicciones minúsculas, al infinito, hasta lo inconfesable: me privo de salir de la pieza, de ir al lavabo, de hablar por teléfono incluso; sufro si me telefonean; me enloquece pensar que a tal hora cercana será necesario que yo salga, arriesgándome así a perder el llamado.
Roland Barthes