Exagerar la propia fuerza significa descubrir la propia debilidad.
Émile de Girardin
El conocimiento de la Bolsa es lo que queda una vez se han olvidado todos los detalles.
André Kostolany
No tengo sueños. ¿cómo decirlo?, Yo soy un sueño.
Ayumi Hamasaki
Un barco no debería navegar con una sola ancla, ni la vida con una sola esperanza.
Epicteto
El incrédulo es como el equilibrista que ejecuta ejercicios increíbles en la cuerda, y salta y baila suspendido en el vacío; los espectadores se quedan estupefactos y sobrecogidos, pero no hay uno solo que sienta ganas de imitarlo.
Ferdinando Galiani
Si me muriera mañana no me importaría el daño. Porque estoy seguro de haber hecho todo.
Freddie Mercury
Prefiero casarme antes que componer una ópera.
Johannes Brahms
Era un poeta de la luz. Pasaba las horas mirando una copa de árbol, un río, un rostro, una calle y sentía el placer imborrable de quien sueña con un hombre y una mujer y amanece en la vida.
José Barroeta
Usted sólo dispone de dieciocho breves años antes de que su hija pueda decidir por su cuenta. Si no le muestra el camino recto ahora, ella no lo encontrará más tarde.
Meg Meeker
Si estás cansada y muy sola y no tenés con quien hablar, si te hace falta alguna ayuda, no lo pienses más (no pienses más), te podré alcanzar, estés donde estés.
Miguel Mateos
No hay casa, por humilde que sea, en la que, si son puros los corazones que allí habiten, no entre el amor.
Oscar Wilde
Cuando se está enamorado, empiezas por engañarte a ti mismo y acabas engañando a los demás. Eso es lo que el mundo llama una historia de amor.
El alma puede tener sus placeres; mas aquellos que le son comunes con el cuerpo, dependen íntegramente de las pasiones; de suerte que los hombres más afectados por ellas, son los que más pueden saborear la dulzura de la vida.
René Descartes
Estoy en medio del que soy y del que tu quisieras.
Ricardo Arjona
Si me juzgáis convicto por haber propagado el socialismo, y yo no lo niego, entonces ahorcadme por decir la verdad.
Samuel Fielden
¿Dónde pongo lo hallado? En la tierra, en tu nombre, en la Biblia, en el día que al fin te he encontrado.
Silvio Rodríguez