Vivir por vivir, para gozar ásperamente, profundamente de todo aquello que ofrece la vida, para saborear hasta la última gota la copa de delicias y sorpresas que la vida tiende a quien toma conciencia de su propio ser.
Émile Armand
¿Eres fanático de Senna? Me parece bien, pero por favor no me odies.
Alain Prost
Verse a sí mismo suele ser un buen estímulo del sentido del humor.
Bernardo Verbitsky
La vida tiene cosas mas interesantes que simplemente vivirla.
Bruce Willis
La mitad de la vida es deseo, y la otra mitad insatisfacción.
Carlo Dossi
Más que a España, amo yo al mundo, y más que a mi tiempo, a toda la historia de esta pobre, interesante humanidad, que viene de las tinieblas y se esfuerza, incansable, por llegar a la luz.
Clarín
Los malvados obedecen a sus pasiones, como los esclavos a sus dueños.
Diógenes
El recuerdo de los pensamientos no es más que un ramo pequeño para nuestras ilusiones.
Francis Picabia
La suerte está echada.
Joaquín Balaguer
El verdadero auge de la economía socialista en Rusia no será posible más que después de la victoria del proletariado en los países más importantes de Europa.
León Trotski
Escribir no es un pasatiempo, un deporte. Es una servidumbre que hace de sus víctimas unos esclavos.
Mario Vargas Llosa
Sus cortas telas de seda, sus largas faldas de cola, su elegancia, su alegría, y sus blandas y azules sombras, giran en el torbellino del éxtasis de una luna gris y rosa, y la mandolina murmura en los temblores de la brisa.
Paul Verlaine
Pensad antes de obrar y no comencéis nada sin haber consultado las circunstancias bien a fondo.
René Descartes
Lo único de lo que el mundo no se cansará nunca es de la exageración.
Salvador Dalí
Por cómo percibimos y acogemos a los otros, a los diferentes, se puede medir nuestro grado de barbarie o de civilización. Los bárbaros son los que consideran que los otros, porque no se parecen a ellos, pertenecen a una humanidad inferior y merecen ser tratados con desprecio o condescendencia.
Tzvetan Todorov
Los hombres no tienen más que dos frenos: la vergüenza y la fuerza.
Ugo Foscolo