No debemos olvidar, que el anarquismo no es para los ineptos del esfuerzo. No se nace anarquista, si no que se hace tal por razonamiento, por observación, por análisis y por sensibilidad, siempre es necesario el esfuerzo.
Cuando la necesidad está de vuelta, olvide las bonitas sillas, los hoteles lujosos. Hay prioridades.