¿El final de la historia, el fin del hombre?, ¿es serio pensar en ello? Son sucesos lejanos que la Ansiedad -ávida de desastres inminentes- desea a toda costa precipitar.
Emil Cioran
Nadie habla del emprendimiento como supervivencia y eso es exactamente lo que es y lo que mueve el pensamientocreativo.
Anita Roddick
Cuando al fin la luz te llama, abandonas tu palpitar. Te asimilas con el viento y te lleva al nacimiento. Cuando vuele con mis alas, volaré hacia ti.
Beto Cuevas
Sin mujeres, el principio de nuestra vida estaría falto de cuidados; el medio, de placer, y el final, de consuelos.
Étienne de Jouy
El derecho consiste en el perfecto cumplimiento de los deberes del hombre hacia sí mismo y hacia los demás. Y se cumplen perfectamente cuando, en cada caso, se combinan el mayor provecho propio con el menor daño de los otros, o el mayor bien de los demás con el menor perjuicio propio.
Ferdinando Galiani
No son las grandes calamidades las que más hemos de temer en esta vida, sino las pequeñas desgracias. Yo temo más los alfilerazos que las estocadas.
Gustave Flaubert
Hay una solución fácil para todo problema humano: clara, plausible y equivocada.
H. L. Mencken
La casa puede ser abrumadora.
Helen Mirren
Tu ego extiende cheques que tu cuerpo no puede canjear.
James Tolkan
Tan terrorista es el que mata en Euskadi como el que promueve la guerra terrorista en Irak, que está aniquilando a una población civil inocente.
Javier Madrazo
Mi misión en la vida es arrancar las máximas carcajadas posibles.
Jim Carrey
Bien podría ser que Lisboa, contrario de lo que parecía, no fuera ciudad, sino mujer, y la perdición solo amorosa, si el restrictivo adverbio tiene cabida aquí, si no es ésa la única y feliz perdición.
José Saramago
En la vida, como en ajedrez, las piezas mayores pueden volverse sobre sus pasos, pero los peones sólo tienen un sentido de avance.
Juan Benet
Una injusticia hecha al individuo es una amenaza hecha a toda la sociedad.
Montesquieu
Cerré los ojos para poder ver.
Paul Gauguin
En su vida había sido tan feliz. Sin decir palabra hicieron las paces. Descendieron hacia el lago. Gozó de veinte minutos de perfecta felicidad.
Virginia Woolf