Misterio, palabra de la que nos servimos para engañar a los demás, para hacerles creer que somos más profundos que ellos.
Emil Cioran
Cuéntame al oído si es sincero eso que has dicho, o son frases disfrazadas esperando sólo un guiño.
Amaia Montero
Mi destino es la lucidez.
Antonio Escohotado
Una mercancía es más o menos liquida si podemos, con mayor o menor perspectiva de éxito, desprendernos de ella a precios compatibles con la situación económica general, a precios económicos.
Carl Menger
Nos juzgamos a nosotros mismos por lo que no nos sentimos capaces de hacer, mientras que los demás nos juzgan por lo que hemos hecho.
Henry Wadsworth Longfellow
Si alguna vez fui un ave de paso, lo olvidé pa anidar en tus brazos, si alguna vez, si algún día, después de amar, amé, fue por tu amor, Lucía.
Joan Manuel Serrat
El amor es la impotencia, la debilidad.
Leonid Andréiev
La primavera es el despertar de la tierra. Los vientos de marzo son el bostezo de la mañana.
Lewis Grizzard
¿Para qué hacer sufrir a un hombre casándote con él cuando se puede hacer felices a muchos?
Mae West
De continuo me parecía que iba a encontrar a un ser humano sencillo y sabio que me conduciría a un camino ancho y luminoso.
Máximo Gorki
John Coffey, como el café, pero se escribe diferente.
Michael Clarke Duncan
No hay ningún campo determinado que genere la arquitectura, sino que se trata de una interrelación de muchas actividades que se fusionan de una manera en la que no se puede determinar si se trata de un campo o de otro.
Rem Koolhaas
La felicidad es no tener que pensar en ella.
Séneca
Los cielos nunca ayudan al hombre que no quiere actuar.
Sófocles
Las lágrimas que curan son también las lágrimas que queman y mortifican.
Stephen King
Muchos de los prisioneros del campo de concentración creyeron que la oportunidad de vivir ya les había pasado y, sin embargo, la realidad es que representó una oportunidad y un desafío: que o bien se puede convertir la experiencia en victorias, la vida en un triunfo interno, o bien se puede ignorar el desafío y limitarse a vegetar como hicieron la mayoría de los prisioneros.
Viktor Frankl