Pero quién vio jamás el ruedo misterioso de tu falda mientras cortas las rosas en la tarde ni el roce y la tristeza de la lluvia como un ajeno llanto por mi cara.
Eliseo Diego
El LSD quiso contarme algo... Me aportó una alegría interior, una mentalidad abierta, un agradecimiento, me abrió los ojos y me dio una sensibilidad interior de los milagros de la creación.
Albert Hofmann
La vida no es un problema para ser resuelto, es un misterio para ser vivido.
Anónimo
En el territorio más rico de la tierra vive un Pueblo pobre, mal nutrido y con salarios de hambre. Hasta que los argentinos no recuperemos para la Nación y el Pueblo el dominio de nuestras riquezas, no seremos una Nación soberana ni un Pueblo felíz.
Arturo Jauretche
La vida es una puta mierda a veces y ya está, sin explicación alguna.
Candela Peña
Siempre soy sincero, nunca engañé a una mujer... a no ser que estuviera totalmente ebrio.
Charlie Sheen
Los labios que tocan licor no deben tocar los míos.
Edward Young
No es sino por simple azar que el soldado conserva la vida. Y cada soldado cree y confía en el azar.
Erich Maria Remarque
Cuando los dioses quieren destruir a un hombre, primero lo enloquecen.
Eurípides
Las siete edades de la mujer son: recién nacida, niña, señorita, mujerjoven, mujerjoven, mujerjoven y mujerjoven.
Herbert V. Prochnow
Ninguno puede ser feliz si no se aprecia a sí mismo.
Jean-Jacques Rousseau
Hay días en que la recuerdo y me pregunto: ¿Qué estará haciendo? Hay noches en que la extraño y me pregunto: ¿Qué me estoy haciendo?
Mario Vargas Llosa
Como siempre habrá corruptos, porque va en los genes de muchos, urgen mecanismos que garanticen que quien la hace la pague.
Miguel Ángel Revilla
Si no se vive para los demás, la vida carece de sentido.
Teresa de Calcuta
La leyenda cuenta que cada nueva tecnología se utilizó por primera vez con algo relacionado con el sexo o la pornografía. Ese parece ser el camino de la humanidad.
Tim Berners-Lee
Confiésote sinceramente que jamás miro detenidamente a un mono sin que tenga yo que hacerme luego muy penosas reflexiones.
William Congreve