Elie Wiesel describe cómo le afectó el presenciar la ejecución de un joven en la horca. Los de la SS juntaron a los prisioneros enfrente de la horca. Mientras el muchacho moría lentamente, un prisionero gritó: ¿Dónde está Dios ahora? Dice Wiesel: Y oí una voz dentro de mí contestarle: '¿Dónde está? Aquí está... colgado de esta horca...'