La traición es una mancha que jamás envejece.
Elena Anaya
Aquel que lucha contra monstruos debe temer convertirse en uno.
Alan Moore
Las mujeres y las zorras, ambas débiles, se distinguen por su superior tacto.
Ambrose Bierce
El ruido se inicia en el instante en el que las personas se callan y oímos los pensamientos moverse dentro de ellas como las piezas, que intentan ajustarse, de un motor averiado.
António Lobo Antunes
No creo que la guerra sea una forma de resolver problemas. Pienso que es un error. No tengo respeto por las personas que toman las decisiones de ir a la guerra.
Avril Lavigne
Las cosas que se han de hacer no se han de decir, y las que se han de decir no se han de hacer.
Baltasar Gracián
Toda vida supone una disyuntiva: adaptarse a las obligaciones que las circunstancias le crean a cada cual, o bien rehuirlas, burlarlas; subordinar la fuerza individual a la de la tradición, a su raza, a sus obras, a su tierra, o bien tratar de utilizarla como una fuente de su libre y personal goce.
Henri Bordeaux
Sin muerte no hay resurrección, y sin resurrección no hay iglesia.
José Saramago
¿Por qué, en campaña electoral, los partidos condicionan la libertad periodística?
Josep Cuní i Llaudet
Hey, ella está bien. ¿Qué, es ilegal tener sentada a hombros a una chica bajita en un concierto de rock? ¿Dónde estoy, en la jodida casa de la abuela? Lo siguiente será que no se podrá beber, no se podrá aplaudir y no se podrá divertirse.
Josh Homme
¿Se ha topado usted en la vida con argentinos? Cuando vea uno, cámbiese de vereda, porque la argentinidad, como el sarampión, es contagiosa.
Mario Vargas Llosa
La mayoría de veces el éxito depende de saber cuánto se ha de tardar en lograrlo.
Montesquieu
La ley de la necesidad. Ése es el gran límite de la realidad: la necesidad. No importa cuál sea la realidad, existe porque debe existir; porque no puede ser de otra forma. La realidad no existe porque alguien la desee, sino porque debe ser así..., justa y exactamente así, hasta el más pequeño detalle.
Philip K. Dick
Rosas, creced, pujad, multiplicaos hasta invadir las cajas de caudales, hasta impedir las ametralladoras, hasta sembrar la pólvora y el hierro de luz y primavera.
Ramón de Garciasol
La inmortalidad. Nada asusta más a los sepultureros.
Valeriu Butulescu
Todos los pueblos hostiles a la familia han terminado, tarde o temprano, por un empobrecimiento del alma.
Von Keyserling