Odio que echen la culpa de todo lo malo al Diablo. El diablo no deja de hablar con su hermano por una herencia ni viaja a Tailandia a follarse a un niño por dos monedas.
El Chojin
Yo no enseño a mis alumnos, solo les proporciono las condiciones en las que puedan aprender.
Albert Einstein
No me interesa aquel que haya conocido, llevado en litera, mil cimas de montañas y así observado mil paisajes porque, en primer lugar, no conocerá uno solo verdaderamente y, luego, porque mil paisajes no constituyen más que una partícula de polvo en la inmensidad del mundo.
Antoine de Saint-Exupéry
Linus.- Amo a la humanidad, pero no puedo soportar a la gente.
Charles M. Schulz
Sólo inventará un perfeccionamiento el que sepa decirse: esto no es bueno.
Friedrich Nietzsche
Te llamas Rosa y yo Esperanza, pero tu nombre olvidarás, porque seremos una danza en la colina y nada más.
Gabriela Mistral
El estilo es la vida y la sangre misma del pensamiento.
Gustave Flaubert
Si llevas a cabo una acción vergonzosa, no esperes mantenerla oculta. Aunque lograras esconderla para los demás, tu conciencia sabría dónde está.
Isócrates
Todas las enfermedades espirituales que llevan a la más triste ruina, provienen principalmente del aislamiento. Consisten aquéllas en la concentración del hombre sobre sí mismo.
John Ruskin
No existe una mejor prueba del progreso de una civilización que la del progreso de la cooperación.
John Stuart Mill
Durante dos días sentí y pensé como seleccionador de Portugal, y me gustó
José Mourinho
El millonario Gold Silver es un poroto al lado de De la Sota.
Luis Juez
Sólo las personas hueras son las que no juzgan por las apariencias.
Oscar Wilde
Desde que me recuerdo como persona, me recuerdo escribiendo.
Rosa Montero
De por sí toda obra de arte busca la identidad consigo misma, esa identidad que en la realidad empírica, al ser el producto violento de una identificación impuesta por el sujeto, no se llega a conseguir. La identidad estética viene en auxilio de lo no idéntico, de lo oprimido en la realidad por nuestra presión identificadora.
Theodor Adorno
Anoche inventé un nuevo placer, y cuando lo iba a disfrutar por vez primera, llegaron violentamente a mi casa un ángel y un demonio. Entraron en mi puerta y disputaron acerca de mi nuevo placer. Uno gritaba: ¡Es un pecado! Y el otro decía: ¡Es una virtud!
Yibrán Jalil Yibrán