Hideyoshi sabía que debía trabajar constantemente para mejorarse, para superar sus defectos y aumentar su capacidad de introspección, y había decidido que sus samuráis debían hacer lo mismo.
Eiji Yoshikawa
Despiértate, olvídalo, aquello nunca sucedió, todo fue una ilusión.
Amaia Montero
El hombre nada puede aprender sino en virtud de lo que sabe.
Aristóteles
Universo cíclico, está habitado por hombres cíclicos, que aparecen y reaparecen. No importa lo que hayan hecho o dejado de hacer, siempre habrá para ellos un lugar en el horizonte. Generoso en la desmemoria, nuestro pueblo siempre brinda nuevas oportunidades. Pudiera decirse que el nuestro es un país habitado por hombres de amianto: aquí no se quema nadie.
Eduardo Angeloz
Un vago es una persona que administra su energía en lo que considera imprescindible y no siente la necesidad de competir con sus semejantes ni de demostrar sus aptitudes, pues está seguro de sí mismo por encontrarse en un estadio evolutivo superior al del sujeto ambiente.
El Gran Wyoming
Cuando tengas que disparar, dispara, no hables.
Eli Wallach
No hay virtud tan fuerte que pueda estar segura contra la tentación.
Immanuel Kant
Contagiaba esperanza, ilusión (excepto a los que querían privilegios indebidos), y lo viví como natural. ¡Por eso el franquismo me resultó tan antinatural, antihumano! el norte cayó en 1937..., y fui movilizado como soldado franquista: ver a obispos bendiciendo cañones me convenció de que ese bando defendía privilegios y pesetas. (Sobre la Guerra Civil)
José Luis Sampedro
Todo lo que soy me lo dio la dura experiencia.
Nach
Sufría del alma y de la ingenuidad del corazón: dos tiranías que abaten siempre al hombre sensible.
Panait Istrati
Únete a los que cantan, cuentan historias, disfrutan la vida, y tienen alegría en los ojos. Porque la alegría es contagiosa, y siempre consigue evitar que nos dejemos paralizar por la depresión, la soledad y las dificultades.
Paulo Coelho
El que no está conmigo, está contra mí
San Mateo
No sé lo que haría si tuviera que parecer guapa todo el tiempo.
Shirley Henderson
Se puede comprar el trabajo de una persona, pero no se puede comprar su corazón.
Stephen Covey
Una mariposa roja como la sangre se le posó, cual un pétalo de rosa, sobre las rodillas y, mientras la miraba, sus ojos se llenaron de lágrimas. No era sólo la belleza del insecto lo que aceleraba los latidos de su corazón. Era su misma existencia, y el enigma de su existencia. La dominaba un ansia de adoración, pero no sabía por qué.
Taylor Caldwell
No confiéis en quien haya perdido la fe.
William Shakespeare