La leyes mueren, los libros permanecen para siempre.
Edward Bulwer-Lytton
Yo obtengo mi fuerza de Dios.
Augusto Pinochet
La satisfacción del usuario no es un criterio de calidad para un producto de la computación.
Edsger Dijkstra
La única perseverancia común a todos los hombres es el crecimiento.
Enrique Jardiel Poncela
Hoy sólo podemos decirte aquello que no somos, aquello que no queremos.
Eugenio Montale
Por ende constituye no sólo una vanidad grande, sino también un desprecio de la gracia de Dios, el que la suavidad del aliento humano, don bueno otorgado por Nuestro Señor, sea obstinadamente corrompido por este pestilente humo.
Jacobo I de Inglaterra
El rojo canta canta canta yo sueño y escribo yo bebo y canto y el tiempo pasa.
Jean Arp
El hombre vive en un mundo en el que cada ocurrencia está cargada con ecos y reminiscencias de lo que ha ocurrido antes. cada acontecimiento es un recordatorio.
John Dewey
Para nuestro siguiente número me gustaría pedir vuestra ayuda: la gente de los asientos más baratos debe dar palmas, y el resto de ustedes puede simplemente sacudir sus joyas. (Lo dijo porque, entre otras personas ricas, entre el público se encontraba la Reina de Inglaterra, que respondió con una risa).
John Lennon
¡Oh conciencia, en qué abismos de miedo y horror me has sepultado; donde cada vez me hundo más y más, sin hallar un camino de evasión!
John Milton
Quien más pierde por el hecho de ser incapaz de escuchar a los otros es uno mismo.
Jorge González Moore
El amor combinado con odio es más podereso que el amor. O que el odio.
Joyce Carol Oates
Recordemos que una persona que no se siente segura actuará como un niño pequeño que, en su desorientación, ni analizará correctamente, ni actuará positivamente, ni resolverá felizmente lo que le preocupe.
María Jesús Álava Reyes
Solamente el hombre religioso es siempre el mismo. Porque su dios no cambia. Es preciso considerar el pasado con respeto y el presente con desconfianza si se pretende asegurar el porvenir.
Petrus Jacobus Joubert
Libertad moral es la única libertad verdaderamente importante.
Sin el amor que encanta, la soledad de un ermitaño espanta. Pero es más espantosa todavía la soledad de dos en compañía.
Ramón de Campoamor