Al Norte y al Sur, al Este y al Oeste, el hombre serrucha, con delirante entusiasmo, la rama donde está sentado.
Eduardo Galeano
Existe algo más fuerte que la muerte y este algo es el valor que la soporta impertérrito.
Anónimo
Me parece fundamentalmente, deshonesto y dañino para la integridad intelectual creer en algo sólo porque te beneficia y no porque pienses que es verdad.
Bertrand Russell
En Galicia no se pide nada. Se emigra.
Castelao
Esto es el teatro, bonita, no seas vergonzosa.
Edward Norton
Ha penetrado el árbol en mis manos, la savia por mis brazos ha ascendido el árbol en mi pecho se hizo grande, hacia abajo, salen de mí las ramas como brazos. Árbol eres, musgo eres, eres violeta que acaricia el viento... Mueren los árboles y el sueño permanece.
Ezra Pound
La sociedad humana está mal tanto por las fechorías de los malos, como por el silencio cómplice de los buenos.
Facundo Cabral
Los hombres son naturalmente propensos a creer virtuosos a sus semejantes; esto es precisamente lo que da tanta ventaja a los impostores y a los estafadores.
Ferdinando Galiani
Al que vive temiendo nunca le tendré por libre.
Horacio
El desprecio se exacerba por los pensamientos negativos sobre la pareja, guardados durante mucho tiempo.
John Gottman
¡Qué encanto hay en la divina filosofía, que no es dura y escabrosa, como suponen los necios, sino armoniosa como la lira de Apolo!
John Milton
Si voy por el camino del aprendizaje, estoy en el camino correcto.
John Wooden
Algunas de nuestras elecciones están limitadas por nuestra anatomía.
Jorge Bucay
La ambición es el último refugio de todo fracaso.
Lord Byron
El trabajo es saludable y hay bastante para todas; nos libra del aburrimiento y de la malicia, es bueno para la salud y el espíritu y nos da mayor sentido de capacidad y de independencia que el dinero o la elegancia.
Louisa May Alcott
Si las piedras hablaran, yo les pediría a estos lugares que me hablasen del pasado, que me dijeran si es verdad que este cuerpo destrozaba las montañas, si este corazón enfermo, no cesaba de palpitar, y esta boca de reír. Si estos sentimientos no conocían el dolor, y si esta imagen no era un adorno para cada corazón. Una vez más, ¡Que Dios perdone al tiempo!
Naguib Mahfuz