Las evidencias reconocidas no son tales necesariamente; sólo la mente no conforme discierne que las evidencias recibidas son ilusorias, y percibe evidencias respecto de las que la mayoría son ciegos.
Edgar Morin
Dos corazones heridos de una misma enfermedad.
Agustín Moreto
La lengua no engaña: largarse rima con salvarse. Si te estás muriendo, lárgate. Si estás sufriendo, muévete. No existe más ley que la del movimiento.
Amélie Nothomb
Guíate en todas las circunstancias y gobiérnate por lo real. No está lejano el día en que tengamos un cuerpo de gobernantes imbuidos de realismo y ese Gobierno estará integrado por jefes de negociado, realistas, que obligarán a las gentes a vivir de acuerdo con la realidad y descartando cuanto no sea realidad.
Charles Dickens
Los hombres de genio abundan mucho más de lo que se supone. En realidad, para apreciar plenamente la obra de lo que llamamos genio hace falta poseer todo el genio que necesitó para producir la obra.
Edgar Allan Poe
Él la ama, pero, a pesar de esto, con ella es la persona más cautelosa del mundo.
Elias Canetti
Siempre que hablo contigo acabo muriéndome más, un poco más.
Frida Kahlo
Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre.
Gabriel García Márquez
La bondad consiste en estimar y amar a la gente más de lo que merece.
Joseph Joubert
El peor crimen es engañar.
Kurt Cobain
Más vale ser vencido diciendo la verdad, que triunfar por la mentira.
Mahatma Gandhi
Se deben poner escuelas gratuitas para la niñas, donde se les enseñará la doctrina cristiana, a leer, a escribir, coser, bordar, y principalmente inspirarles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad, tan perjudicial o más en las mujeres que en los hombres.
Manuel Belgrano
La inflación es la madre del paro, y la ladrona invisible de los que han ahorrado.
Margaret Thatcher
Juro que no morí
Paul McCartney
Estaba guapísima. De verdad. Llevaba un abrigo negro y una especie de boina del mismo color. No solía ponerse nunca sombrero pero aquella gorra le sentaba estupendamente. En el momento en que la vi me entraron ganas de casarme con ella. Estoy loco de remate. Ni siquiera me gustaba mucho, pero nada más verla me enamoré locamente.
Salinger
La Naturaleza provee a cuanto ella exige.
Séneca